cobró parte de la herencia

“No me llamaron ni una sola vez para saber cómo estaba”. Con esas palabras recogidas en su testamento, un padre de Albacete decidió desheredar a su hijo primogénito y a sus nietas. Años de distanciamiento y el peso de una enfermedad lo empujaron a dejar constancia escrita de su decepción. Sin embargo, tras su fallecimiento, los tribunales han desmontado esa voluntad. La Audiencia Provincial de Albacete ha declarado nulas las cláusulas testamentarias que excluían al hijo de la herencia, al considerar que no se demostró que el alejamiento fuera culpa del heredero ni que provocase un daño psíquico al testador.

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