El trabajo de gregario casi nunca es agradecido. Hay que esforzarse hasta que no quedan fuerzas, bajar al coche a coger bidones y encima, si pincha el líder, hay que entregarle la bici y buscarse la vida hasta que llega la de recambio. Así es la labor de los corredores que antes se denominaban domésticos, los parias del pelotón, aunque los mejores tienen estupendos contratos, corredores anónimos muchas veces, pero que cuando logran la recompensa de una victoria la viven como si hubiesen ganado el Giro aún de incierto resultado. Es el caso de Carlos Verona, vencedor de la 15ª etapa del Giro de Italia, su mayor éxito deportivo.
Verona creció en San Lorenzo del Escorial, pero desde muy joven se instaló en Matadepera, en el Vallès barcelonés, porque de ahí es Esther, madre de sus tres hijos, siempre en ambientes ciclistas, tanto que hasta la familia es vecina de un mito del ciclismo catalán como es José Luis Laguía.
Verona no se enroló en el Giro, a última hora, para ganar etapas. La misión encomendada en el Lidl-Trek era tirar de Mads Pedersen para que levantase los brazos en meta, ya lleva cuatro victorias, y ayudar a Giulio Ciccone a subir al podio final de la carrera. Pero Ciccone se dio un castañazo tremendo el sábado, en la caída masiva que cortó a buena parte de las estrellas de la carrera en Eslovenia, y acabó abandonando la prueba.
Una señal de libertad
Fue como una señal de libertad para Verona. Si no hay líder, si Pedersen en una etapa de montaña no tiene nada que hacer, pues entonces llega la oportunidad, a colocarse en la fuga, a atacar a los integrantes de la escapada y a intentar llegar a meta, no sin sufrimiento, para conseguir un triunfo que recordar.
Roglic, en el centro de la imagen, llega a la meta a 1.30 minutos del resto de favoritos. / GIRO DE ITALIA
A los 32 años, después de haber pasado por equipos como el Movistar, Verona sólo había ganado una etapa de montaña en el Critérium del Dauphiné de 2022. Llegó a este Giro mientras organizaba en Andorra, donde vive desde hace unos años, concretamente en la parroquia de La Massana, la Clàssica de Andorra, que será la primera prueba profesional del país y que también espera ganar el domingo 22 de junio.
Ataques de Bernal y Carapaz
Y se fugó en solitario camino de la meta de Asiago, en una etapa marcada por la larga subida al Monte Grappa, por los ataques sin fruto aunque con mucho desgaste para todos de Egan Bernal y Richard Carapaz, por la eficaz respuesta del líder Isaac del Toro, por la tranquilidad de Juan Ayuso, y sobre todo por el inesperado derrumbe de Primoz Roglic, que cedió otro minuto y medio al resto de favoritos y a quien se le ha puesto la victoria más dura y complicada que toda la montaña que se presenta la última semana de competición. Ya está a 3.53 minutos de la primera plaza. Descendió a la décima posición de la general.
Verona es hermano de Marta, cocinera y nutricionista que ganó la sexta edición del televisivo concurso Masterchef. Hasta ahora él casi triunfaba más en las redes sociales que en la carretera, especializado en el sacrificio por los líderes de su equipo, primero Enric Mas y ahora Pedersen con Ciccone caído en el combate del Giro.

Del Toro, en el podio del Giro. / GIRO DE ITALIA
Tuvo la oportunidad de su vida y no la desaprovechó y eso que por el último puerto del día, Dori, pasó con apenas 12 segundos de ventaja sobre los corredores de la fuga que lo perseguían. Resistió hasta el límite de sus fuerzas y triunfó para sentir el gusto de levantar los brazos y poder abrazar a sus hijos y a su mujer en la meta, un día antes de la última jornada de descanso, antesala de una semana criminal de montaña donde se subirá todo lo que se había aparcado hasta ahora para decidir un Giro todavía muy abierto.
Es una carrera que cuenta con un firme Del Toro con la ‘maglia rosa’ y con Ayuso -el ciclista alicantino logró la primera victoria de la prueba- en la tercera plaza de la general. Nadie esconde ya las cartas. Carapaz transmite un tremendo peligro, Roglic parece descartado para la victoria final pero todavía hay muchas cartas para jugar en una última semana de un Giro que se presenta espectacular, entretenido y emocionante.