Tras una semana en la que los datos de PMI adelantados de mayo en la eurozona no han dejado un ‘buen sabor de boca‘, los expertos de Berenberg hacen un alegato a favor de invertir en las bolsas del Viejo Continente en base a las conversaciones mantenidas también esta semana en la Conferencia Europea 2025 en Manhattan. «Invertir más capital en Europa a largo plazo tiene sentido», afirman con contundencia, reafirmando una postura que mantienen ya desde hace meses.
La firma alemana, cuya optimista visión sobre Europa contrasta con valoraciones mucho más cautas de otros expertos, e incluso con la negativa a apostar por el Viejo Continente de Bank of America, identifica una serie de aspectos que sostienen su tesis.
En primer lugar, habla de los «controles» de la Unión Europea (UE) y de cómo las decisiones se toman de forma sosegada y consensuada, lo cual es algo positivo frente a los arranques de otros países.
Las decisiones de la UE se toman de forma consensuada, lo cual es algo positivo frente a los arranques de otros países
«Las declaraciones de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, no figuran entre lo primero que los inversores revisan cada mañana. Esto es una desventaja cuando se requieren decisiones rápidas o grandes cambios desde arriba. Pero en la era de Trump, Xi Jinping, Vladimir Putin y otros líderes con control absoluto sobre sus países, se ha convertido en una característica tranquilizadora«, escribe Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg. «Debido a sus procesos internos orientados al consenso, la UE no está en riesgo de cometer errores monumentales como los que imponen Trump, Xi, Putin o Erdogan», añade.
En segundo lugar, se refiere a la defensa y valora positivamente el hecho de que, tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Putin en 2022, Europa esté reconstruyendo lentamente su capacidad de disuasión, que había descuidado desde la caída de la Unión Soviética en 1990.
Asimismo, Schmieding hace alusión a «la lección del Brexit», que ha enseñado a Europa a no abandonar la UE ni su mercado común. «Reino Unido, tras sufrir las consecuencias, se está acercando nuevamente a la UE. La mayoría de los populistas de derecha han abandonado sus propuestas de salida. Incluso Viktor Orbán, de Hungría, evita ahora esa postura».
La mejora de crecimiento de Alemania impulsará a otros países europeos
En cuarto lugar, el experto se refiere a la política monetaria de la UE. A diferencia de la Reserva Federal (Fed), que enfrenta las consecuencias inflacionarias de los aranceles de Trump, el BCE puede mitigar el daño de la guerra comercial recortando tipos, afirma.
Además, sobre la política fiscal, dice que, a diferencia de EEUU, que ha sido degradado (Moody’s le acaba de retirar la calificación ‘AAA’), Alemania tiene margen fiscal.
«Tras la reforma del freno de la deuda, el impulso fiscal tardará en llegar. El nuevo Gobierno de Friedrich Merz probablemente aprobará el presupuesto de 2025 en septiembre. Aunque los riesgos comerciales podrían retrasar la recuperación alemana, se espera que Trump rebaje las tensiones comerciales en los próximos dos meses con acuerdos o prórrogas, lo que permitiría a Alemania volver a crecer este año«.
En último lugar, y también en relación con Alemania, el estratega de Berenberg se refiere al «efecto Merz». Desde la firma prevén un crecimiento del 1,2% en 2026 y del 1,4% en 2027 en Alemania tras casi cuatro años de estancamiento. Este repunte, dice, impulsará a otros países europeos, para quienes Alemania es el principal socio comercial.
Cabe señalar que Alemania publicó este viernes el dato final del PIB del primer trimestre, que ha crecido un 0,4% frente al cuarto trimestre de 2024, 0,2 puntos porcentuales superior al dato proporcionado en la estimación previa.
Con todo, Holger Schmieding concluye que «no hay razón para evitar Europa». De hecho, dice que, en cierta medida, el interés actual por Europa refleja un cambio tardío en la percepción.
«En mi opinión, Europa nunca fue tan mala como muchos observadores creyeron tras la crisis del euro de 2010-2012. Mientras los mercados se centraban en el crecimiento significativamente más fuerte de EEUU después de la pandemia, y en el ascenso espectacular de las nuevas empresas tecnológicas estadounidenses, no recompensaban a la eurozona por haber reducido el desempleo del 12% en 2013 a un mínimo histórico del 6,2% a finales de 2024, ni por su déficit fiscal más sostenible del 3,1% del PIB el año pasado, frente al 6,9% de EEUU».