A la FIA y la Fórmula 1 les ha salido mal el experimento en Mónaco. Buscaron una fórmula para mejorar el espectáculo en un circuito de la vieja escuela, donde los adelantamientos son casi imposibles y más con los actuales monoplazas, de dimensiones mastóndicas. Se inventaron una norma que obligaba a pasar como mínimo dos veces por boxes y lo que consiguieron fue lo contrario a lo que buscaban, con pilotos ralentizando para abrir huecos y favorecer a su compañero en el pitstop. Uno de los más críticos al final del día fue Carlos Sainz. «Estoy muy disgustado con esta carrera y con este deporte», soltó tras concluir décimo, precedido por Albon.
Racing Bulls utilizó a Lawson para bloquear a sus perseguidores y permitir a Hadjar ganar una parada gratuita. Una situación que otros decidieron replicar: «No esperábamos que Lawson se pusiese a hacer el tapón para Hadjar tan pronto en carrera. Lo que nos condicionaba a los dos coches», relató Sainz.
Ante el riesgo de quedarse sin puntos, Williams le pidió a Sainz que hiciese de tapón para Albon; después, el tailandés le devolvió la jugada. El resultado fue el doble premio: los dos coches en los puntos.
«No era algo que habíamos pensado que tendríamos que hacer, pero sí es algo que temíamos que nos hicieran… así que así ha sido. Se demuestra que las dos paradas no han cambiado nada y la carrera sigue siendo súper aburrida. Estoy muy disgustado porque no hemos corrido una carrera, hemos hecho lo que hemos querido», ha lamentado Carlos
El madrileño considera que «esta forma de gestionar el ritmo» vulnera el espíritu de la competición: «Al final estás manipulando los resultados. Hace 20 años por manipular resultados se hicieron muchas penalizaciones… y ahora se manipula la carrera todos los días aquí en Mónaco y no pasa nada», ha zanjado.
Aunque la labor de equipo ha permitido terminar con los dos coches en el top 10 y Sainz ha asumido el intercambio de posisiones, no le ha gustado levantar el pie: «Lo he odiado a muerte, tener que ir a tres segundos de mi ritmo, pero como nos lo hizo Lawson, que nos puso 19º y 20º en la predicción final, pues lo hemos tenido que hacer nosotros también», ha justificado.
Pensando en algún safety car, Sainz pidió a Williams mantenerse por delante para intentar un posible octavo, pero la escudería optó por jugar sobre seguro. «El equipo no ha querido. Han decidido ralentizarme y esperar a Alex. Han decidido no ir a por el octavo», ha apuntado con gesto serio.
Con todo, el balance es positivo: «El ritmo de carrera era muy bueno cuando hemos podido tirar. No era un día fácil porque era muy difícil saber cuándo tirar, pero el coche ha ido bien en carrera».