París vuelve a centrar un año más toda la atención mediática en el tenis en el final de una nueva gira de tierra batida que no ha dejado indiferente a nadie. Roland Garros como gran colofón a dos meses de la gira más intensa y trepidante del calendario, que ha tenido a Carlos Alcaraz como el gran nombre propio.
Campeón en Montecarlo y Roma y finalista en Barcelona, el tenista de El Palmar ha vuelto a dejar patente que sobre arcilla es el hombre a batir. Solo Holger Rune ha podido conseguirlo en los once partidos que ha disputado Alcaraz en toda la gira. Fue en la final del Barcelona Open, donde el físico no le dejó competir con total garantías.
Las dudas se extendieron hasta Madrid, donde no pudo competir para poder recuperar a la perfección su aductor de la pierna izquierda. Hace apenas una semana dejó en evidencia en Roma que la lesión quedó en el olvido y pese al regreso de Sinner al circuito, Alcaraz lanzó un serio aviso a las puertas de un Roland Garros en el que defenderá la corona conseguida la pasada edición.
Las dudas del inicio de temporada se esfumaron con la llegada de la tierra batida, donde ha ido de más a menos hasta llegar a París con un nivel prácticamente imposible de batir.
«Dar alegría a mi juego, eso es lo que intento hacer en cada partido, en cada entrenamiento, no sentir miedo a nada, no pensar en querer ser más sólido o no, solo disfrutar y pasármelo bien» aseguró el español antes de ponerse manos a la obra en el torneo francés, donde debutará el lunes ante el italiano Zeppieri, que sustituye al lesionado Kei Nishikori.
SINNER, DJOKOVIC… O LA GRAN SORPRESA
El nivel de Alcaraz ha venido además acompañado de la irregularidad de sus grandes rivales, que no han sido de poder enlazar varios torneos a gran nivel. Solo actuaciones aisladas como la de Rune en Barcelona o la de Ruud en Madrid pueden poner en algo de duda la hegemonía del murciano, qué visto lo visto es sin duda el gran favorito a volver a levantar el trofeo.
Pese a ello, siempre hay dos nombres que bien o mal merecen ser tenidos en cuenta. Jannik Sinner y Novak Djokovic, por circunstancias distintas, no han podido brillar hasta la llegada de París. El italiano por su sanción pactada el pasado mes de febrero y que solo le permitió competir en Roma.
Por su parte, ‘Nole’ ha vivido la que probablemente ha sido la gira sobre tierra más dura de su carrera, sin poder conseguir una sola victoria hasta la semana previa, donde se ha entonado en Ginebra consiguiendo levantar el título número cien de su carrera.
AÑO I D.N.
La de 2025 será una edición especial. La primera sin Rafa Nadal en activo. El balear recibirá un caluroso homenaje este domingo en la pista que le vio brillar hasta 14 veces y en la que forjó un legado que perdurará para siempre en los libros de historia.
Tras despedirse con la raqueta en mano el pasado año en la derrota en primera ronda ante Zverev, el 22 veces campeón de Grand Slam tendrá por fin el reconocimiento merecido a una carrera de leyenda.
El legado de Nadal en Roland Garros. / SPORT
París despedirá como es merecido al gran Mosquetero, que tiene ya un digno sucesor en su amada tierra batida. Caprichos del destino, el tenis tiene a un nuevo joven español decidido a emprender un nuevo capítulo glorioso en París. La primera piedra ya está puesta. La segunda, va en camino. Alcaraz quiere escribir de nuevo su nombre en la preciada Copa de los Mosqueteros. En el año uno sin Nadal, todas las miradas se centran en Carlos Alcaraz.
EL PÓKER DE SWIATEK O LA REVOLUCIÓN
En el cuadro femenino es imposible poder hablar de un solo nombre. Si es cierto que los tres títulos consecutivos de la polaca Iga Swiatek la ponen en la ‘pole’ nuevamente, pero el estado de forma de sus rivales ponen muy en duda que su reinado se pueda extender hasta ser la primera mujer en la Era Open en conquistar cuatro veces consecutivas Roland Garros.
Sabalenka, Paolini, Gauff, Andreeva… y así hasta nombras a diez o doce aspirantes con total argumentos para levantar el título.
Sobre todo, el de una Aryna Sabalenka que pese a demostrar que en tierra se mueve como pez en el agua con su juego potente, nunca ha podido tocar la gloria en París. Tampoco Paolini, que tras coronarse en su Roma, quiere venganza por la final perdida el año pasado.

Iga Swiatek celebra su triunfo en Roland Garros 2024 / EFE
Y entro todos los grandes nombres, aparece de nuevo el de Paula Badosa. La española está de vuelta tras verse obligada de nuevo a parar por sus problemas de espalda. En Estrasburgo volvió a la competición demostrando que con ritmo y sin molestias es capaz de llegar a hacer grandes cosas, como ya se vio en enero en Australia, consiguiendo llegar por primera vez a semifinales de un Grand Slam.
Con Paula en el saco, las favoritas buscan destronar a una Swiatek que pese a que no vive su mejor momento, llega dispuesta a volver