La disponibilidad de aromas vegetales a lo largo del día influye directamente en la dieta y la evolución sensorial de los lepidópteros: mariposas y polillas. Es la denominada ‘hipótesis del aroma saliente’, que vincula los ciclos de emisión de compuestos volátiles por parte de las plantas con el grado de especialización alimentaria de estos insectos.
Esta concusión es fruto de una investigación liderada por científicos de Estados Unidos y publicada en ‘Proceedings of the Royal Society B’, que propugna que las plantas y los insectos han coevolucionado a lo largo del tiempo.
Las plantas liberan una mayor cantidad y diversidad de compuestos volátiles –responsables de su aroma– durante el día. Estos compuestos actúan como señales olfativas esenciales que permiten a los insectos encontrar y seleccionar sus plantas hospedadoras.
Los aromas que emiten los vegetales durante el día y la noche condicionan la dieta de los insectos
Este patrón de emisión influye directamente en la forma en que las mariposas y polillas se especializan en su alimentación. Las especies activas durante el día tienen acceso a una mayor riqueza de señales químicas, lo que favorece su evolución hacia dietas más específicas. En cambio, aquellas que están activas durante la noche, cuando las plantas emiten menos aromas, tienden a consumir una gama más amplia de plantas.
«La idea proporciona una nueva perspectiva sobre por qué algunas mariposas y polillas son ‘comedoras exigentes’ mientras que otras no lo son», explica Po-An Lin, autor principal del estudio.
Para comprobar esta hipótesis, los investigadores analizaron datos morfológicos y evolutivos de 197 especies de lepidópteros, centrándose particularmente en las antenas, los principales órganos olfativos de estos insectos.
Polilla polifemo / Kadoka
Los autores midieron el tamaño relativo de las antenas en 582 especímenes de 94 especies y hallaron una correlación significativa entre la actividad diurna, la especialización alimentaria y el tamaño de las antenas.
Adaptación evolutiva clave
«Las hembras especialistas, que se alimentan de unas pocas plantas específicas, tienden a tener antenas más grandes que las generalistas. Esto puede deberse a que necesitan detectar con precisión los aromas de sus plantas hospedadoras», explica Gary Felton, coautor del estudio.
Felton añade que el tamaño de las antenas se asocia con una mayor cantidad de sensilas, las estructuras sensoriales que captan los olores, lo que incrementa la capacidad para percibir estímulos químicos específicos. Esta característica podría representar una adaptación evolutiva clave para la selección precisa de plantas hospedadoras, especialmente en las hembras que deben depositar sus huevos en ellas.
Además del análisis morfológico, el equipo realizó una extensa revisión de literatura científica sobre emisiones de compuestos volátiles vegetales y su variación entre el día y la noche. Este metaanálisis, que incluyó 149 casos de diferentes especies vegetales, confirmó que las emisiones son mayores y más diversas durante el día.
También se emplearon modelos estadísticos para evaluar las preferencias de actividad (diurna o nocturna) y la diversidad de plantas hospedadoras en función del linaje evolutivo de cada especie.
Los resultados mostraron que los lepidópteros diurnos, como la mariposa monarca, suelen tener dietas más restringidas y especializadas, mientras que especies nocturnas, como la polilla polifemo, presentan dietas más generalistas.
“Nuestros análisis mostraron una correlación significativa entre la actividad diurna o nocturna y la diversidad de especies de plantas hospedadoras que consumen los lepidópteros”, señala Naomi Pierce, coautora del artículo.

Hipótesis del aroma saliente. / Proceedings of the Royal Society B Biological Sciences (2025)
De acuerdo con el estudio, los lepidópteros activos durante el día consumen en promedio 7,4 géneros de plantas, mientras que los nocturnos se alimentan de más del doble, con un promedio de 17,1. Asimismo, los insectos diurnos presentaron una menor diversidad filogenética en sus plantas hospedadoras, lo que respalda su tendencia a la especialización.
Excepciones notables
La ‘Hipótesis del aroma saliente’ subraya el sorpendente ‘poder’ de las plantas y sugiere que la disponibilidad temporal de señales químicas ambientales, como los aromas vegetales, influye en la evolución de los sentidos de los insectos. En este caso, la riqueza de compuestos volátiles durante el día habría promovido el desarrollo de antenas más grandes y, por tanto, una mayor capacidad olfativa en las especies diurnas.
«Este hallazgo demuestra cómo la disponibilidad de señales químicas influye en la evolución de los órganos sensoriales en los insectos. Es un ejemplo fascinante de cómo las plantas, a través de sus emisiones químicas, han moldeado directamente la evolución de los insectos que dependen de ellas«, destaca Lin.
En contraste, las especies nocturnas, que enfrentan una menor disponibilidad de aromas, podrían no invertir tanto en estructuras olfativas, o desarrollar estrategias alternativas para encontrar sus hospedadores.
Pero hay excepciones notables. Algunas especies especializadas, como la polilla del tabaco, Manduca sexta, han evolucionado junto a plantas que también emiten aromas principalmente por la noche, como el tabaco y la petunia, lo que indica que ciertos entornos nocturnos ricos en aromas también pueden favorecer la especialización.

Polilla del tabaco. / Wikipedia
Pese a que los resultados son significativos, los autores reconocen que su análisis solo cubre una fracción mínima del total de especies de lepidópteros existentes. «Nuestro estudio representa menos del 0,1% de la diversidad conocida de lepidópteros», aclaran, a la vez que señalan la necesidad de ampliar el muestreo taxonómico y mejorar los registros de comportamiento y morfología.
Los investigadores recomiendan que futuros estudios incorporen más datos de especies infrarepresentadas, como aquellas en las familias Noctuidae y Pyralidae, así como investigaciones detalladas sobre el comportamiento de oviposición (puesta de huevos) y la integración de otros tipos de señales, como las visuales o táctiles.