la comunidad que más impuestos perdona a los ricos

La crítica a los impuestos es una práctica habitual de la derecha española, que se dedica a implementar rebajas fiscales a las grandes fortunas y multinacionales cuando toca poder. Cuando el discurso se traslada desde las comunidades autónomas (CCAA) se suma la reclamación de más dinero al Gobierno central, en una suerte de equilibrismo que pretende cubrir la recaudación perdonada a los ricos del territorio con una mayor aportación de la recaudación a la que contribuyen los ciudadanos de todo el país. Isabel Díaz Ayuso es la líder de esta reacción nacional y Carlos Mazón el que la ha llevado a su máximo exponente.

El president de la Generalitat Valenciana repite de forma continuada que la autonomía está sujeta a una “asfixia económica” y, como es habitual, señala al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como principal culpable. Sin embargo, desde la llegada del socialista a la Moncloa, la autonomía recibe 5.000 millones de euros más que con el Gobierno de Mariano Rajoy. Lo que ha cambiado es que con el ascenso de Mazón la CCAA recauda mucho menos por la rebaja de impuestos a los más ricos, tal y como ha expuesto la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).

Parece evidente que un mandatario no puede reclamar más fondos públicos a una administración mientras renuncia a recaudarlos en lo ámbitos que se encuentran bajo su competencia; sin embargo, la coherencia no es una de las cualidades de Mazón, que prepara su salida profesional con regalos fiscales a los que amasan fortunas. El principal problema es que sus políticas genuflexas con los poderosos van a dejar a los ciudadanos valencianos sin 497 millones de dinero público que podría destinarse a sanidad, educación o la reconstrucción tras lada DANA.

La Comunitat Valenciana es de lejos el territorio que más dinero perdonará entre 2024 y 2029 a los que siempre se benefician de estas rebajas, representando el 35% del total de dinero perdonado en todo el país. Casi 500 millones a los que no se acerca siquiera el Madrid de Ayuso, que es la segunda autonomía que más perderá con un regalo de 250 millones de euros en un lustro. Así queda constatado en el Informe de Seguimiento del Plan Fiscal Estructural a Medio Plazo realizado por la AIReF, que habla de un impacto del 0,3% sobre el Producto Interior Bruto (PIB) en la Comunitat.

Las cosas que tiene un “mentiroso compulsivo”

El problema de las cifras es que son más complicadas de manipular que la carta plastificada de El Ventorro y con tan solo el informe de un organismo independiente se echa por tierra las grandilocuencias populistas. La oposición valenciana se ha cansado de este proceder de Mazón y ha estallado. “A parte de no tener ningún tipo de catadura moral, de ser un mentiroso compulsivo, lo que hace es volver a utilizar el bulo y la falsedad como elemento de confrontación con el Gobierno de España”, ha cargado el portavoz de los socialistas valencianos, José Muñoz.

Desde el PSPV-PSOE han retado a Mazón a desmentir que recibe 5.000 millones de euros más con Sánchez que cuando gobernaba Rajoy, que ha perdido 814 millones por el voto en contra del Partido Popular (PP) en el Congreso de los Diputados del decreto ley de las entregas a cuentas y que ha aprobado políticas que dejarán de recaudar 497 millones de euros hasta 2029. Tres evidencias contrastables por cualquiera que quiera bucear en los Presupuestos Generales o en los diarios de sesiones de los diferentes Parlamentos.

“Es un mentiroso porque está perdonándole y regalándoles impuestos a quienes no los necesita y por eso es vergonzoso que diga que estamos asfixiados económicamente y le esté simultáneamente perdonando 497 millones a las rentas más altas, siendo la comunidad autónoma que más regalos fiscales hace de toda España”, cargan los socialistas. Una muestra más de la irresponsabilidad de Mazón, “también fiscal”, y de que “gobierna para quien gobierna”. “Está pensando en la cámara de comercio y las nucleares, pensando en su salida profesional”, zanjan.

Cifras y políticas accesibles que, no obstante, parece sobrar en el debate político manchado por una derecha neoliberal y elitista que se vanagloria de ubicarse en contra de los impuestos que redistribuyen la riqueza y financian los servicios públicos que, de no existir, las clases trabajadoras no se podrían permitir. La pretensión es caminar hacia una privatización masiva y una lógica de mercado que siga llenado los bolsillos de empresarios multimillonarios a los que son muy cercanos cuando desempeñan labores públicas y, casualmente, se convierten en sus empleadores cuando abandonan la política.  

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