La muerte en Gaza llega por diferentes caminos. En las últimas horas, un ataque israelí contra un edificio residencial en el área de Jabalia al Balad al norte del encave ha matado a decenas de personas. Más de 50 palestinos han perdido la vida o siguen desaparecidos bajo los escombros. A su vez, las autoridades del territorio han denunciado que, en los últimos días, al menos 29 personas, niños incluidos, han muerto por inanición, mientras las panaderías empiezan a funcionar en Gaza tras la distribución de la ayuda humanitaria.
Una “horrible masacre”. Así han descrito los equipos de la Defensa Civil la escena en Jabalia al Balad este viernes. Después de recuperar los cadáveres de cuatro víctimas y a otros seis supervivientes de entre las ruinas, los equipos de rescatistas han denunciado que creen que aún hay más de 50 personas atrapadas bajo los escombros del edificio de cuatro plantas destrozado. Aunque el ministerio de Salud de Gaza sitúa la cifra de víctimas mortales en este conflicto en 53.762, la oficina de medios del Gobierno también contabiliza a los miles de desaparecidos bajo las ruinas durante este año y medio, elevándola hasta 61.700.
A su vez, este jueves, el ministro de Salud palestino, Majed Abu Ramadán, confirmó que al menos 29 niños y ancianos han muerto por inanición en la Franja en los últimos días. Cuando se le pidió que reaccionara a los comentarios anteriores del jefe de ayuda de Naciones Unidas a la BBC de que 14.000 bebés podrían morir si no llegaba la ayuda humanitaria al enclave, Abu Ramadán afirmó: “la cifra de 14.000 es muy realista, puede que incluso esté subestimando [la magnitud]”. Tras casi tres meses de bloqueo, la ayuda ha empezado a llegar con cuentagotas esta semana, pero puede que, para muchos, ya sea demasiado tarde.
Sistema sanitario al límite
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que el sistema sanitario está al borde del colapso a medida que se intensifican las hostilidades en Gaza. Sólo en la última semana cuatro grandes hospitales han cerrado “debido a los ataques, las órdenes de evacuación, y el aumento de las hostilidades”, según la OMS. Al menos el 94% de todos los hospitales en Gaza han sido dañados o dstruidos, mientras que sólo 19 de estos 36 centros siguen en funcionamiento, “aunque sólo parcialmente”. El norte de Gaza se ha visto “privado de casi toda la atención médica”.
De alguna forma, el aumento de la presión internacional ha obligado a Israel a permitir la entrada de ayuda humanitaria en el asfixiado enclave. Los camiones han ido accediendo a Gaza con cuentagotas, y ha habido amplias dificultades para la distribución de la asistencia entre la necesitada población. Finalmente, este jueves algunas panaderías apoyadas por el Programa Mundial de los Alimentos (PMA) han empezado a funcionar. “Así luce la esperanza en Gaza”, ha tuiteado su directora, Cindy McCain. “Pero necesitamos más harina de trigo, más combustible y un acceso seguro para que más hornos puedan volver a funcionar y alimentar a las familias que lo necesitan desesperadamente”, ha añadido.
Camiones saqueados
Una quincena de camiones del PMA, que llevaban alimentos, fueron saqueados el jueves por la noche de camino a varias panaderías apoyadas por la organización de las Naciones Unidas. “El hambre, la desesperación y la ansiedad por si llegará más ayuda alimentaria contribuyen a la creciente inseguridad”, ha declarado el PMA. “Necesitamos el apoyo de las autoridades israelíes para que lleguen a Gaza mayores cantidades de ayuda alimentaria de forma más rápida, sistemática y transportada por rutas más seguras, como se hizo durante el alto el fuego”, han exigido, subrayando que la “manera más eficaz de prevenir la hambruna generalizada” es distribuir paquetes de alimentos directamente a las familias.
Según el Ejército israelí, este jueves al menos 107 camiones de ayuda humanitaria han accedido al enclave. Pero el devastado territorio necesita mucho más. Antes de la guerra, era necesaria la entrada de unos 500 convoyes con asistencia diarios. Hacer llegar la ayuda humanitaria no es nada fácil en medio de los ataques constantes y cruzando la más pura desolación. Naciones Unidas ha confirmado que actualmente el 81% del territorio de Gaza está dominado por “zonas militarizadas” declaradas por Israel o bajo órdenes de desplazamiento.
Batallas políticas en Israel
En Israel, la clase política está sumida en otro tipo de guerra. El primer ministro, Binyamín Netanyahu, ha nombrado a un nuevo jefe del Shin Bet desafiando de forma abierta al Tribunal Supremo. Un día antes de este nombramiento, la corte había declarado que el despido del anterior director de la agencia de seguridad interna, Ronen Bar, había sido “ilegal” porque había estado motivado por los conflictos de intereses del primer ministro. El jueves por la noche la designación del mayor general en activo David Zini como nuevo jefe del Shin Bet ha sorprendido al jefe del Estado Mayor del Ejército, el teniente general Eyal Zamir, que ha confirmado que la maniobra tuvo lugar a sus espaldas. Después de conversaciones con Zamir, se espera que Zini se retire del Ejército pronto.