‘Recuérdame bailando’ no es una obra más para usted.
‘Recuérdame bailando’ es un libro escrito a dos voces. La primera la escribo yo, se llama ‘Lo inexplicable’ y arranca cuando recibo una llamada en la que se me comunica que mi hermana pequeña Alicia ha fallecido por suicidio. Cuando mi otra hermana y yo llegamos al domicilio de Aly, encontramos un libro escrito por ella titulado ‘Frente al espejo’ donde narraba los últimos siete años de su vida. Ahí comienza la segunda parte de ‘Recuérdame bailando’. El título hace referencia al deseo que dejó escrito en unas cartas para sus amigos y familiares.
Este es un libro muy personal, ¿cómo de difícil fue escribirlo?
Cuando lo estaba escribiendo, solo planteaba la posibilidad de publicarlo con pseudónimo, lo cual me daba una gran libertad para contar exactamente lo que yo quería transmitir. Es cierto que es un libro muy personal pero está pasado por el filtro de la autora, que soy yo. Por una parte, fue triste porque debía recordar con todo detalle lo que había pasado durante la primera semana posterior a la muerte de mi hermana. Pero por otra parte, me daba la oportunidad de volver a sentirla cerca. Fue duro pero a su vez muy especial.
Ha necesitado tiempo para enfrentarse a esta historia pero… ¿cuándo surgió la idea de escribir un homenaje a su hermana?
Decidí escribir este libro cinco años después de su suicidio. Me documenté mucho sobre este tema tras su muerte. Al leer el libro de Aly me di cuenta de que toda la teoría que había descubierto sobre el suicidio, mi hermana la corroboraba en sus escritos. Uno de los mitos más falsos que existen es que quien se suicida no quiere vivir. Yo puedo asegurar que mi hermana quería vivir. A partir de ahí, me planteé rendirle un homenaje que además pudiera aportar algo a la gente.
No es difícil de imaginar la montaña rusa de sentimientos que viviría en el proceso de escritura.
Mi parte ‘Lo inexplicable’ tiene mucho que ver con mi forma de escribir. Mis dos últimas novelas, ‘Los días felices’ y ‘La vida imaginaria’, tiene varias partes en las que el lector puede estar llorando en una línea y partiéndose de risa en la siguiente. En este caso, se acentúa todavía más. Ha sido sin duda una montaña rusa emocional pero que estaba planteada. El objetivo era establecer una literatura planificada para que el lector entrara en la intimidad de una familia. Yo he querido escribir sin paliativos y sin protegernos. Este no es un libro para transformar lo que sucedió.
¿Cómo se afronta el suicidio de una hermana pequeña?
El abismo que se abre ante el fallecimiento a destiempo de cualquier familiar cercano es brutal. Se debe afrontar su pérdida y asumir que ya no va a volver. En el caso de mi hermana, nos cobijó el hecho de que ella dejara cartas a la familia y un libro donde explica, no solo lo que nos quería, sino también todos los esfuerzos que hizo por vivir. Se te pasan muchas cosas por la cabeza. Te preguntas si se ha tratado de un impulso. La realidad es que a mi hermana no le pasó nada concreto, pero llevaba mucho tiempo viviendo una situación compleja. Ella no veía una salida a lo que ella sentía y como no nos lo decía, no supimos ponerle nombre.
El resto de su familia seguro que lo vivió de forma similar.
Sin duda. Todo lo que he aprendido sobre el suicidio se lo he transmitido a mi familia. Después de enseñarles este libro antes de publicarlo, mis padres entendieron que quizá mi hermana sufría una patología que nadie supo ver. Mi hermana fue a terapia pero nosotros no sabíamos que sufría tanto. Aly no murió porque sintiera que nadie la quería, murió porque no encontró el tratamiento que la aferrara a la vida.
El relato tiene la originalidad de cruzarse con el diario que Alicia escribió narrando su tormento. ¿Por qué consideró que este tenía que conocerse, a pesar de su dureza?
El libro de mi hermana arroja pistas que son signos de alerta para una persona que lo está pasando mal. Una cosa es llorar en un momento dado y otra muy diferente es acostarse todos los días triste. Mi familia y yo decidimos publicar sus escritos porque pensamos que podía aportar información a alguien que se encuentra en una situación similar.
La lección que deja este libro queda marcada para siempre.
La palabra que más estoy escuchando en mis encuentros con los lectores es «gracias». Muchos que también han tenido una pérdida de este tipo se han acercado para agradecerme que les haya conseguido hacer entender que sus familiares les querían y se sentían queridos. Pero por encima de todo, a mí y a mi familia nos encantaría que este libro pueda ayudar a alguien. Ya son varios los que me han dicho que después de leer ‘Recuérdame bailando’ se han dado cuenta de que necesitan pedir ayuda.
Seguro que a Alicia le encantaría su homenaje.
Aly tiene que estar alucinando de toda la repercusión que está teniendo su historia, pero sobre todo tiene que sentirse orgullosa de que su texto pueda ayudar a alguien. Yo espero que le guste como ha quedado aunque, evidentemente, ojalá nunca hubiera tenido que escribir este libro. Me hubiera gustado escribirlo desde la ficción porque creo que es necesario que este tema salga a la luz.