Mantener la cabeza fría frente a las provocaciones constantes de Donald Trump. Esa sigue siendo la consigna que impera en Bruselas y en el resto de las capitales comunitarias. Frente a la amenaza del presidente de Estados Unidos de imponer un recargo del 50% a todas las importaciones comunitarias desde el 1 de junio, la Comisión de Ursula von der Leyen ha reiterado este viernes que su apuesta es conseguir una salida negociada a la guerra arancelaria.
Después de que Trump publicara su mensaje incendiario en la red Truth Social, el comisario de Comercio, el eslovaco Maros Sefcovic, que negocia en nombre de los 27, ha hablado este viernes con sus homólogos estadounidenses: el secretario de Comercio, Howard Lutnick, y el representante comercial Jamieson Greer.
A ambos les ha transmitido que «la UE está plenamente comprometida con un acuerdo que beneficie a ambas partes». «La Comisión Europea sigue dispuesta a trabajar de buena fe. El comercio entre la UE y EEUU es inigualable y debe guiarse por el respeto mutuo, no por las amenazas«, sostiene Sefcovic, que ha añadido que Bruselas está preparada para «defender» los intereses comunitarios.
En su mensaje, Trump asegura que «la UE, que se formó con el propósito principal de sacar ventaja de Estados Unidos en materia COMERCIAL, ha sido muy difícil de tratar». «Nuestras conversaciones con ellos no conducen a ninguna parte«, sostiene el presidente de Estados Unidos.
«Sus potentes barreras comerciales, impuestos del IVA, ridículas sanciones corporativas, barreras comerciales no monetarias, manipulaciones monetarias, demandas injustas e injustificadas contra empresas estadounidenses, y más, han llevado a un déficit comercial con EEUU de más de 250.000 millones de dólares al año, una cifra totalmente inaceptable«, sostiene Trump.
«Todo esto es parte de la negociación», ha replicado el primer ministro holandés, Dick Schoof. «Vamos a examinar con calma las propuestas y responderemos de forma enérgica y firme«, ha agregado. Por su parte, la ministra sueca de Finanzas, Elisabeth Svantesson, sostiene que las amenazas de Trump constituyen «una escalada poco razonable que podría perjudicar tanto a la economía americana como a la europea». «Necesitamos más libre comercio, no menos», ha agregado.
«No hay ganadores en las disputas arancelarias», ha dicho la nueva ministra de Comercio alemana, Katherina Reiche, al periódico Rheinische Post. «Debemos hacer todo lo que podamos para garantizar que la Comisión Europea alcance una solución negociada con Estados Unidos. Unos aranceles tan elevados perjudican a EEUU y la UE en igual medida», sostiene Reiche.
«Las nuevas amenazas de Trump de aumentar los aranceles no ayudan durante las negociaciones entre la UE y EEUU. Mantenemos la misma línea: nuestro objetivo es la desescalada pero estamos preparados para responder», ha señalado el ministro de Comercio francés, Laurent Saint-Martin, en su cuenta de la red social X.
En contraste con su hostilidad total hacia la UE, Trump ha alcanzado un acuerdo de mínimos con Reino Unido, que sin embargo mantienen un arancel general del 10%, y una tregua con China, a la que le ha rebajado las tasas hasta el 30%. En todo caso, la mayoría de los analistas no dan credibilidad a la amenaza del presidente de EEUU de imponer un recargo del 50% a los productos europeos y lo consideran una táctica negociadora.
El pasado 2 de abril, en el denominado Día de la Liberación, Trump anunció un arancel general del 20% a los productos europeos, que se sumaría al recargo del 25% al acero, el aluminio y los coches. Apenas una semana más tarde, el presidente de EEUU cedió a la presión de los mercados y anunció una tregua parcial, que en el caso de la UE suponía rebajar al 10% el arancel general, pero dejar sin cambios el resto.
Desde el inicio de esta supuesta pausa, la Comisión se ha afanado en presentar múltiples ofertas para alcanzar una solución negociada que acabe con la guerra arancelaria. Von der Leyen ha propuesto rebajar a cero de manera recíproca los aranceles a los productos industriales, empezando por los coches, y aumentar las compras de gas natural licuado y soja procedente de Estados Unidos en 50.000 millones de euros, que según Bruselas es el déficit comercial real.
Sin embargo, la delegación norteamericana nunca ha querido entrar a negociar estas cuestiones en detalle y ha planteado otras demandas que para la UE son una línea roja. Algunas de ellas las ha repetido Trump en su mensaje, como la supresión del IVA o el fin de las sanciones antimonopolio contra las grandes plataformas estadounidenses. El Ejecutivo comunitario también ha dicho que no está dispuesto a relajar las normas fitosanitarias de la UE.
En paralelo, la UE ya tiene preparados dos paquetes de medidas de represalia por si el diálogo fracasa, como parece que es el caso. En primer lugar, un recargo arancelario del 25% a importaciones de Estados Unidos por valor de 21.000 millones de euros, con productos icónicos como los pantalones Levi’s o las motos Harley-Davidson, que constituye la respuesta a las tasas del 25% que Trump impuso al aluminio y al acero europeos, que fueron las primeras y que se mantienen pese a la tregua.
Además, Von der Leyen ha preparado una segunda lista negra de productos norteamericanos por valor de 95.000 millones de euros, que incluye aviones Boeing, coches y vino y otras bebidas alcohólicas como el whisky bourbon. Se trata del contragolpe a los aranceles norteamericanos del 25% a los coches y la tarifa plana del 20% al resto de productos, que ahora el presidente de EEUU pretende elevar al 50%.
Los europeos tienen que decidir ahora si siguen insistiendo en la vía del diálogo o por el contrario escalan la guerra comercial con toda esta batería de represalias.