La Unión Europea tiene ante sí una «gran oportunidad» para impulsar su ecosistema empresarial, levantar su propio Silicon Valley y mejorar su posición en el mundo. Así lo cree el economista estadounidense Preston McAffee, científico destacado de Google y antiguo economista jefe en Microsoft y Yahoo!. «Durante medio siglo, Estados Unidos se benefició del ‘brain drain’ (fuga de cerebros, en inglés), pero ha decidido dispararse a su propia cabeza abriendo una guerra contra sus universidades. Así que ahora son otros los países que, como los europeos, pueden aprovechar para captar ese talento«, ha explicado este jueves en un acto en Barcelona.
El reto es mayúsculo. Según McAffee, el club de los 27 tiene puntos a su favor, como contar con una mayor fuerza laboral que la de EEUU o que esta tenga acceso a la sanidad pública, lo que evita que sea la empresa la que tenga que hacerse cargo de ello, como sucede al otro lado del Atlántico. Sin embargo, también hay aspectos que, a su juicio, juegan en su contra. «En EEUU puedes crear una empresa desde cero que fracase y no pase nada. Eso es muy difícil en la UE porque se dificulta despedir a los trabajadores en ese escenario», ha argumentado, señalando que, además, «hace falta un marco regulador más flexible».
Este es uno de los muchos temas que han marcado el acto ‘Retos de la política industrial: IA, Comercio y Mercado Laboral’, una mesa redonda organizada por el Cercle d’Economía y la Barcelona School of Economics que ha contado con la participación de reputados expertos de prestigio internacional. «Europa solo podrá ponerse al día en la medida en que las empresas estadounidenses le permitan acceder a sus tecnologías«, ha añadido Pinelopi Goldberg, economista jefe del Banco Mundial entre 2018 y 2020 que actualmente ocupa la cátedra Elihu de Economía en la Universidad de Yale.
Retos del mercado laboral
En el debate, moderado por el también economista Andreu Mas-Colell, antiguo catedrático en la Universidad de Harvard, se han abordado cuestiones tan complejas como la política industrial o comercial, la irrupción de la inteligencia artificial y su potencial impacto mediante la automatización del trabajo o los grandes retos que afronta el mercado laboral.
En ese último aspecto ha incidido especialmente el economista británico Richard Blundell, Profesor de Políticas económicas en el University College de Londres. Ha señalado tres:
1. Los desafíos tecnológicos y comerciales han implicado que la creación de nuevos empleos se haya desplazado hacia ocupaciones profesionales bien remuneradas, y algunos hacia servicios mal remunerados.
2. La inmensa mayoría de las empresas tienen una baja productividad, mientras que solo un 5% de las firmas ve un alto crecimiento en su productividad (un grupo reducido que, además, cada vez se concentra más geográficamente).
3. Hay una gran proporción de trabajadores altamente formados que se concentran en zonas urbanas, pero también una larga cola con una formación baja. Esa realidad da lugar a «desiertos de productividad», áreas en las que hay gente mayor, gente joven sin habilidades demandadas por el mercado de trabajo y empresas poco productivas.
Blundell, experto en microeconomía y economía laboral, ha remarcado la necesidad de no abandonar a nadie. «Europa, y también España, trata bastante mal a quienes no fueron a la universidad», ha lamentado. Toda política industrial que se proponga tener éxito deberá abordar esa cuestión candente.