Las autolesiones entre niños y adolescentes han aumentado de forma significativa en los últimos años, sobre todo desde la pandemia. El hospital Son Espases celebra durante hoy y mañana el simposio ‘Vengo con tres heridas’, una jornada centrada en este preocupante fenómeno y que reúne a expertos nacionales e internacionales para analizar causas, consecuencias y estrategias de intervención.
El presidente de la Sociedad Balear de Pediatría, Diego de Sotto, explica que el nombre del simposio se debe a que una imagen de alerta son las heridas, habitualmente tres marcas alargadas, en las muñecas de los adolescentes: «Es una señal de socorro», advierte. «Se trata de un problema de salud mental que va en aumento. No es algo nuevo, pero sí más visible y más frecuente que antes», afirma.
Comenta que hay estudios que estiman que uno de cada cuatro o cinco menores se ha autolesionado alguna vez. En colectivos con discapacidad intelectual o enfermedades mentales, la incidencia puede alcanzar el 50 %. «Las autolesiones han existido siempre, pero ahora son más comunes y empiezan a edades más tempranas«, advierte De Sotto.
Una señal de alarma que no hay que ignorar
Los profesionales coinciden en que cualquier señal de autolesión debe tomarse en serio. “Incluso cuando las heridas parecen leves o superficiales, hay detrás una llamada de atención”, sostiene el pediatra: “A veces se trata de una forma de liberar ansiedad, otras veces de castigo o de buscar afecto. Y en los casos más graves, puede haber una ideación suicida detrás”.
El riesgo de suicidio en adolescentes también ha crecido. Según De Sotto, este incremento afecta especialmente a las chicas jóvenes. “No todas las autolesiones indican un deseo de morir, pero es una señal de socorro en todo caso”, agrega
Las redes sociales, añade, también tienen un papel relevante. La exposición a contenidos de autolesión, los retos virales o la normalización de estas conductas en determinados círculos pueden ser factores desencadenantes, especialmente en edades en las que los adolescentes buscan encajar y sentirse parte de un grupo. “La imitación juega un papel importante”, señala.
«A veces solo necesitan ser escuchados»
El jefe del servicio de Pediatría de Son Espases, Joan Figuerola, confirma que en consulta cada vez ven más casos: «Estamos hablando de un problema prevalente y creciente. En los últimos años, la presión emocional sobre los menores ha aumentado, y muchos no saben cómo gestionarlo».
Según Figuerola, en consulta ven distintos tipos de autolesión, que dependen también del perfil del menor: «Hay niños que se golpean, se arañan, se cortan o se provocan quemaduras. Y no siempre tienen un trastorno de base diagnosticado. A veces lo que necesitan es ser escuchados».
Figuerola subraya que el abordaje debe ser integral y no limitarse solo al menor: «El entorno también influye. A veces, tratando a la familia, también ayudas al niño”. En este sentido, destaca el papel de los programas escolares como las consultas de salud mental en colegios, que permiten detectar de forma temprana problemas emocionales o conductas de riesgo.
El papel de la psicoterapia
El tratamiento de las autolesiones se basa fundamentalmente en intervenciones psicoterapéuticas. «No hay un medicamento que lo solucione todo. El enfoque pasa por la psicoterapia y el acompañamiento psicológico», explica Figuerola. En el simposio participan especialistas de Londres y Barcelona que trabajan con modelos centrados en terapia individual, con especial atención a los adolescentes.
El objetivo del simposio, según los organizadores, es doble: compartir conocimientos entre profesionales y sensibilizar a la sociedad sobre la gravedad del problema. «Queremos entender qué está pasando, a quién debemos vigilar, cómo intervenir y qué técnicas funcionan», resume De Sotto: «Sabemos algunas cosas, pero hay muchas preguntas que todavía no tienen respuesta».
Aunque la mayor parte de las sesiones están dirigidas a profesionales sanitarios, el simposio cerrará este viernes por la tarde con una conferencia abierta al público. La ponente será la psiquiatra María Velasco, del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, y tendrá lugar a las 16.30 h en el salón de actos de Son Espases. «Está pensada para padres, maestros o cualquier persona interesada. Es una buena oportunidad para entender mejor el problema y saber cómo actuar», apunta De Sotto.
La advertencia de los expertos es clara: no es una moda ni un fenómeno anecdótico. «Un corte nunca es solo un corte. Es una señal de que el menor necesita atención, escucha y apoyo», concluye De Sotto.