La cita de Mohamed Derbah con Gustavo Matos el 29 de enero era todo menos casual. Ni, por supuesto, tan inocente como el político socialista expone en sus comparecencias públicas. Al inversor libanés, detenido tres meses después, el 30 de abril, en el sur de Tenerife por liderar una gran organización criminal dedicada al narcotráfico, los sobornos y el blanqueo de capitales, le interesaba verse cara a cara con el expresidente y vicepresidente segundo del Parlamento de Canarias por dos motivos. Uno: por los contactos de Matos, que como miembro de la ejecutiva del PSOE, amigo de ministros, exministros y altos cargos del Gobierno de Sánchez, tiene en su agenda. En especial de todos aquellos que tuvieran que ver con las áreas de seguridad y la justicia. El otro: para atraparle. Era una cita trampa. Por eso Mohamed Derbah grabó la conversación con Matos.
Derbah andaba inquieto. Después de las Navidades se había propuesto, ya más en serio, acabar de una vez con lo que primero había surgido como un leve incordio, luego crecido como un intenso malestar y al final estallado en una ira huracanada por las inspecciones de un grupo de policías de la comisaría en Costa Adeje que andaban husmeando en los recién autorizados clubes de cannabis, que, en realidad eran una tapadera para el tráfico de heroína y cocaína. El negocio se estaba resintiendo y además empezaba a descontrolarse el mercado de la oferta y demanda con quemas de coches, amenazas y coacciones.
Primero, antes de verse cara a cara con Matos, lo intentó en otoño con el subdelegado del Gobierno en Tenerife, Jesús Javier Plata Vera. Pidió una cita a cuenta de su tan recien estrenado como rimbombante título de consejero especial del primer ministro de Guinea-Bissau. Hacía cinco meses que logró, tras intentarlo durante años, que le dieran este cargo con funciones tan amplias como imprecisas: “para el diseño y aplicación de instrumentos de gobernanza, así como para las relación y cooperación internacional”. El decreto lo firmó el primer ministro de Guinea-Bissau el 17 de mayo de 2024, con efectos inmediatos para su entrada en vigor.
El capo libanés recurrió a sus contactos políticos e institucionales al sentir que perdía impunidad
Hacerse presentar con esa tarjeta le da a Derbah una apariencia de respetabilidad y cobertura diplomática. De lo contrario hubiera sido un engorro para Plata recibir a Derbah en la subdelegación del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife. Plata informó de las pretensiones del inversor libanés al delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana.
En un ejercicio de transparencia inhabitual la delegación del Gobierno de Canarias informó el miércoles del contenido de la conversación entre Derbah y Plata. Una confusa aclaración ofrecida, sin embargo, como un ejercicio de transparencia. La versión oficial es que el consejero especial del primer ministro de Guinea-Bissau recibe explicaciones del subdelegado sobre las intervenciones policiales en los clubes de cannabis. Eso era en realidad lo que de verdad interesaba a Derhab con la cita, solicitada y aceptada bajo una aparente cobertura institucional. Y no lo que en principio se presentaba como un encuentro para “tratar asuntos diplomáticos con el país africano”.
Lo que la Delegación del Gobierno de Canarias no aclara es cómo derivaron todas las circunstancias de ese encuentro en un cruce de escritos, previo acuse de recibo por registro oficial. Primero el abogado de Derhab, también detenido por su vinculación con la trama criminal, se queja del acoso policial a los clubes de cannabis, y luego se le responde que la actuación policial “ha sido impecable” a la vez que los hechos han sido puestos a disposición judicial. Anselmo Pestana, como tercera autoridad de Canarias, representante del Gobierno en las Isla, y el máximo mando político al frente de la Policía Nacional, sigue con atención estos movimientos en un caso que entonces ya estaba siendo investigado por el departamento de Asuntos Internos.
Agentes especiales de este departamento desplazados desde Madrid a Tenerife tenían en el radar al exjefe de la Brigada Judicial de Tenerife, Francisco Moar, inspector que lideró las primeras investigaciones del caso Mediador, conocido como el caso Tito Berni, y detenido en la macroperación contra el crimen organizado en la Isla por sus vínculos con Derbah.
El delegado del Gobierno estaba al tanto de las quejas del narco por la persecución policial
El líder de la organización criminal más importante de las que operan en Tenerife, listo y sagaz, empezaba a darse cuenta de que la cúpula de inmunidad con la que operaba desde hace años se resquebraja. Con el subdelegado del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife no era suficiente. Pensó que Matos le iba a ser de mayor ayuda. Subió unos peldaños en la escalera institucional y política.
Pasadas ya las fiestas navideñas, en el inicio de los Carnavales de Santa Cruz de Tenerife, Derbah citó el 29 de enero a las 18.30 en la séptima planta de El Corte Inglés de la capital de la Isla a un extrovertido, dicharachero y predispuesto dirigente político del PSOE: Gustavo Matos, 52 años. Aquí un amigo para echar una mano. Para lo que disponga. “¿Tú que necesitas mío?”, le pregunta Matos a Derbah.
El libanés empieza a grabar la conversación. Con él está Moar. Matos no pregunta quién es ese hombre misterioso. Y se ponen a hablar. Matos sin filtros. El diálogo está en el informe de Asuntos Internos:
-Mohamed Derbah: Ahora vas a escuchar la guerra que tenemos
-Gustavo Matos: Yo ya guerras que no voy a ganar no me meto, si son pa’ ganarlas sí, pero para ganarlas y para ganar dinero. Ja ja ja. Guerras gratis, eso es pa’ tontos. ¿Tú qué necesitas mío? ¿Qué necesitas mío?
-Derbah: Contactos, que las cosas no hay solución, hablar con ese señor, ese señor puede calmar las cosas.
-Matos: Lo que tenemos que hacer ahí es que alguien por arriba le diga a ese tío…
-Derbah: (Ininteligible) ya está… y después llegará un presente.
-Matos: Dame un par de días.
-Derbah: Después llegará un presente.
-Matos: No, no.
-Derbah: ¿Qué está pasando?.
-Matos: Quita… quita el presente.
-Derbah: No me entiendes.
-Matos: El día que yo te necesite, yo sé que te tengo (ininteligible).
-Derbah: No molestas, solo me llamas.
-Matos: Yo ayudo a mis amigos porque sé que cuando me hagan falta, me van a ayudar
-Derbah: Hermano tú por eso.
Protegía sus negocios delictivos con su recién nombrado cargo de asesor del presidente de Guinea-Bissau
Matos logra esquivar la principal trampa de Derbah -“después llegará un presente”, le promete el libanés; “quita, quita el presente”, le responde el político- pero no el bochorno de una charla que le salpica a juicio de Asuntos Internos. Derbah no logra cazar a Matos en un intento de soborno, pero sí que se interese y medie para solventar sus problemas con la policía. Y dejen en paz los clubes cannábicos.
Los agentes de la Policía Nacional desplazados a Tenerife intuyen que se acumulan indicios suficientes como para iniciar una investigación judicial contra el expresidente del Parlamento de Canarias. La delegación del Gobierno sostiene que no hay caso Matos. La causa sigue bajo secreto de sumario en el juzgado número tres de Arona y el dirigente socialista está libre, sin cargos. Sin ninguna imputación.
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