Guerra de precios en la banca: el euríbor cae y las hipotecas fijas consolidan su hegemonía

Las hipotecas fijas han ido ganando terreno de forma notable desde hace tiempo, con los contratantes alentados por los sucesivos recortes en los tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE). A esto se ha sumado la atrayente oferta, dado que los bancos han trasladado las bajadas al interés de algunos de sus préstamos, mientras el euríbor prosigue con su tendencia hacia el 2%.

A la espera de ver cómo acaba mayo, hay que recordar que, en abril, el índice hipotecario registró su mayor caída en más de 15 años. Su valor se desplomó cerrando el mes en una media del 2,143%, hasta situarse en mínimos desde agosto de 2022.

A lo largo del año, y después de nueve caídas mensuales consecutivas, el índice comenzó 2025 subiendo y situándose en el 2,525%. Tras este pequeño susto para los hipotecados, el índice bajó en febrero hasta el 2,407%. Y, en marzo, la incertidumbre congeló el euríbor, que se situó en el 2,4%.

Ante este hundimiento, lo lógico habría sido ver un importante incremento en los préstamos hipotecarios contratados a tipo variable, dado que son los que se benefician de la caída del euríbor. Sin embargo, se ha dado la situación contraria: las hipotecas fijas han ganado peso respecto al resto de modalidades.

Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), las hipotecas fijas inscritas en febrero de 2025 representaron un 64,6% del total, mientras que el resto, un 35,4%, contaban con un tipo variable o mixto. No obstante, el incremento en la contratación de hipotecas a tipo fijo no ha coincidido únicamente con el desplome del euríbor.

Como explican los analistas del comparador financiero HelpMyCash.com, las rebajas llevadas a cabo por los bancos y la seguridad que proporcionan estos productos son las dos razones más probables. Según indica su analista hipotecario, Miquel Riera, como los bancos se han podido financiar a un menor precio, también han trasladado esa rebaja al interés de muchos de sus productos, incluidas las hipotecas fijas.

Y esa es, a su juicio, una de las razones que explican por qué se contratan más hipotecas fijas. «Los préstamos hipotecarios a tipo variable tienen un interés medio de euríbor más 0,6%, aproximadamente. Ahora que este índice cotiza al 2,143%, su precio es algo más elevado (2,743%) que el de las ofertas a tipo fijo», comenta.

Además, apunta a otra causa que puede estar empujando a los compradores de vivienda a decantarse por los tipos fijos: la experiencia reciente.

«Entre 2016 y 2021, los hipotecados a tipo variable eran los que pagaban unas cuotas más baratas, dado que el euríbor se situaba por debajo del 0%. Sin embargo, debido a la inflación, el BCE se vio obligado a aumentar sus tipos, lo que derivó en una escalada del indicador hipotecario. El euríbor, antes en mínimos históricos, pisó terreno positivo en abril de 2022, superó el 2,5% en octubre de ese mismo año y alcanzó un pico del 4,16% en octubre de 2023. Por culpa de esta subida, las cuotas de las hipotecas variables llegaron a encarecerse en una media de 250 euros al mes», afirma.

Pero, como destaca, la situación actual es la contraria, ya que este índice tiende a la baja desde hace más de un año. Sin embargo, el analista cree que muchos compradores de vivienda temen que pueda repetirse la historia en el futuro y, en consecuencia, optan por contratar una hipoteca fija con la que podrán pagar una cuota estable pase lo que pase con el euríbor.

Ante este panorama, ¿realmente es mejor contratar una hipoteca fija? Todo dependerá de cómo evolucione el euríbor a lo largo de la vida de la hipoteca. «Si este se mantiene bajo, haber elegido un tipo variable habrá sido una mejor decisión. Y si cotiza en niveles relativamente elevados, saldrán ganando aquellos que se decantan ahora por un tipo fijo«, pero como no se puede saber cómo evolucionará el euríbor a lo largo de los 20 o 30 años que dura la vida de una hipoteca, recomienda que cada persona tome la decisión basándose en su tolerancia al riesgo.

Así, considera que un tipo fijo «es aconsejable para clientes que valoran más la estabilidad», mientras que uno variable «puede ser conveniente si se quiere correr un mayor riesgo a cambio de pagar una cuota más baja».

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