Las negociaciones para el pacto entre PP y Vox al comienzo de la legislatura. / Germán Caballero
El presupuesto de la Generalitat para 2025 se aprobará la próxima semana, el día 29 de mayo. Es el resultado del pacto que se formalizó entre el PP y Vox. Como resultado del mismo, quedó muy de manifiesto la extrema debilidad política del todavía presidente, Carlos Mazón. Y es que Vox no ha dudado, en ningún momento, en que se visualizara la dependencia de éste con respecto a ellos.
Han querido demostrar, y lo han hecho, cómo tienen cogido a Mazón y su total sumisión a las políticas que la extrema derecha valenciana quiere implantar en relación a los importantes retrocesos que, en aspectos esenciales para nuestra sociedad, desean aplicar desde Vox. Y lo han hecho con total conformidad por parte del PP. Se le dijo a Mazón que tenía que defender públicamente lo que ellos le impusieran, sin importar lo que el PP hubiera defendido en otros momentos, y así lo hizo Mazón. Con tal de seguir en la poltrona, avergonzando, por cierto, a esta Comunidad, Mazón se hizo un harakiri ideológico y defendió las propuestas y acuerdos con Vox con la fe de un converso.
Lástima que, para explicar lo que hizo el día de la dana, en el Ventorro y fuera de él, no tenga la misma agilidad. Su continuidad en el cargo y su desprecio a las víctimas, no tiene justificación alguna. Incluso a muchos del PP les avergüenza lo que ha hecho y, especialmente, lo que debió hacer y no hizo. Sólo a Vox, que está encantado de tenerlo tan bien cogido, y el miedo de un timorato como Feijóo, justifican que aún presida el Consell. Esperemos que sea por poco tiempo.
El presupuesto que las derechas han pactado reduce, de forma significativa, la lucha contra el cambio climático; una ordenación territorial con criterios conservacionistas y de defensa ambiental (a pesar de la dana); un modelo de crecimiento más sostenible; políticas en defensa de la igualdad, en especial en el tema feminista, LGTBI+, jóvenes, etc.; la defensa de una educación y sanidad pública de calidad y para todos; unos servicios sociales de gestión pública acordes a las necesidades actuales de la población valenciana; políticas sobre memoria democrática, valenciano, patrimonio histórico, infraestructuras, etc. En definitiva, son unos presupuestos que nos impedirán aspirar a una sociedad más avanzada, solidaria y moderna para que todos puedan vivir mejor. Eso es lo que el PP y Vox aprobarán la semana que viene.
Y, en cuanto a Elx, volveremos a tener unos presupuestos autonómicos que no cumplen con nuestro municipio. Es cierto que, tradicionalmente, nunca hemos gozado de mucha atención desde Valencia, pero también que nunca, como ahora, se nos ha tratado tan mal. Y eso que, en campaña electoral, tanto Mazón como Ruz nos prometieron acabar con nuestra discriminación. Nos hincharon a promesas, tantas que muchas de ellas valdrán para la campaña de 2027. Se presupuesta poco para Elx y se le reclama aún menos. Defender tanto Ruz a Mazón puede llegar a ser tóxico. Es una verdadera «amistad peligrosa». Está visto que sólo se preocupa de sí mismo y de mantener el cargo y, probablemente, asegurarse el posterior «subsidio» que podría cobrar durante 15 años y que, entre otras cuestiones, contempla 75.000 euros anuales, coche, despacho, personal, etc. Un chollo espectacular para alguien que prefirió el Ventorro a su responsabilidad como presidente el día de la dana. Muy injusto.
Las propuestas de enmiendas que, desde Elx y acertadamente, han hecho PSOE y Compromís, para intentar corregir estos presupuestos, no parece que vayan a ser estimadas por el Consell de Mazón. Es una lástima, nos permitirían mejorar y avanzar. Muchas de ellas, además, realmente deberían haber sido propuestas y conseguidas desde el equipo de gobierno municipal como es su obligación. Si se estuviera más pendiente de exigir inversiones y no sólo de las flores, toldos, sillas, fiestas y saraos, asesores, horas extra, etc., tal vez Elx iría mejor y el dinero público, ése que tan alegremente ahora se gasta, estaría más justificado. Con lo eficaz que es Ruz para esas cosas, y lo poco conseguidor que es para otras. Y el arroz se le está pasando.
Recordemos que, desde la oposición, se han presentado unas 50 enmiendas con temas locales. Entre ellas podrían citarse: los fondos prometidos para San Antón; impulsar el Edificant ahora al ralentí; continuar la mejora de la carretera de Santa Pola; asegurar la ejecución de la Ronda Sur; Clarisas; TRAM; más ayudas al Palmeral y el Misteri; construir el nuevo Conservatorio sin afecciones al Palmeral y al patrimonio; terminar la ampliación del bloque quirúrgico del Hospital General; el centro de salud de Torrellano; mejoras en diversos colegios; equipar el Learning Factory (antiguo Correos); un segundo CEAM, etc., y así hasta varias propuestas más.
Todas ellas son necesarias y debería el Ayuntamiento instar a los suyos a aprobarlas en el debate presupuestario, ya que son beneficiosas para todo Elx. Lamentablemente, ni una sola aprobarán. El presupuesto de la Generalitat para 2025 será de algo más de 32.000 millones de euros. Es una cantidad importante y en la que lo previsto para Elx es muy reducido y con dudas de si, encima, ejecutarán algo.
Elx es la tercera ciudad del País Valencià. Aportamos mucho al presupuesto autonómico. Hora es de que se nos tenga más en consideración. Nos hace falta que el Consell se acuerde de nosotros para las inversiones, y no sólo para las promesas.