Parecía colgado del cielo. Tenía un invisible hilo que le sostenía en el aire. Ahí estaba Messi aguardando el centro que le lanzó Xavi desde la banda derecha. Aguantó y aguantó después de burlarse de la defensa del Manchester United, tipos gigantes como Ferdinand y Vidic, dos centrales con mucho oficio.
Oficio que no les sirvió para nada porque no supieron detectar el vuelo sin motor del astro argentino para cabecear con belleza y eficacia. Era el 2-0 del Barça al United, que le daba, ahora sí, la tercera Champions en la historia del club. Y ese, según el propio Messi, es el mejor gol que ha marcado en su vida.
«Tenía muchos goles que quizá son hasta más lindos y de muchísimo valor, por la importancia también, pero ese gol de cabeza en la final de la Liga de Campeones al Manchester United siempre fue mi favorito», ha declarado el delantero del Inter Miami. Voló, marcó y despistó a otro gigante: el meta neerlandés Van der Sar. Todo ocurría en el minuto 70 de la final certificando el triunfo tras el 1-0 de marcado por Etoo (m. 10) tras asistencia de Iniesta.
Al aterrizar, Messi perdió su bota azul. Se quedó sola en el césped. Recogió el borceguí y lo besó. El barcelonismo disfrutó de un 2009 perfecto donde el equipo de Guardiola firmó el sextete: seis títulos de seis posibles. El primer club que lo hacía, luego igualado en 2020 por el Bayern Múnich de Flick.
Messi besa su bota tras marcar el 2-0 del Barça al Manchester United en la final de la Champions-2009 en Roma. / Jordi Cotrina
Ahora, ese gol de Messi se transformará en una obta de arte a través de la creatividad del innovador y pionero artista Refik Anadol, quien transformará los millones de puntos de datos de ese icónico tanto en una obra. Una obra que será subastada en Christie’s como parte de la campaña benéfica ‘A Goal in Life’ liderada por la Fundación Inter Miami.