Gente estornudando y sonándose la nariz. Esa es la imagen más frecuente de los últimos días y “cómo está la alergia este año” es la frase más escuchada. Se tiende a olvidar las épocas pasadas y, cuando llega un mal estacional como este, se dice que es peor que los anteriores. Sin embargo, este año los síntomas son peores que en otras ocasiones.
Hay expertos que hablan de “récord histórico”, como Javier Subiza, de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEIAC). “Está siendo una primavera muy dura”, expone el experto.
La estación de la SEIAC en Madrid ha registrado desde el pasado sábado 17 de mayo una concentración de polen de gramíneas cuatro veces superior a la media de lo que se ha detectado en los últimos 45 años. Son unos 200 granos por metro cúbico. “Es un 400% mayor”.
Esos datos corresponden a la ciudad de Madrid, pero son extrapolables a casi toda la península. Según el mapa de la Red Española de Aerobiología, esta semana 24 provincias españolas registran niveles muy altos de concentración de polen.
Los más afectados son Andalucía (todas las provincias) y gran parte de Castilla-La Mancha. Este fenómeno también afecta a parte de la Región de Murcia, y algunas zonas de Galicia, sobre todo a Lugo. En territorios de Asturias, Cantabria, Soria y La Rioja también ocurre.
El papel de la meteorología
La culpable de esto es la meteorología de los últimos meses, cuenta Subiza. Las concentraciones de polen dependen de la lluvia de otoño e invierno. Entre octubre y febrero, el agua que cae hace germinar las semillas de gramínea y, a partir de marzo, las hace crecer.
Con el invierno particularmente lluvioso que se ha vivido, sobre todo el mes de marzo (con récords de precipitaciones), las gramíneas están en todo su esplendor. Esta especie de plantas es la que más problemas de alergia causa en España y en Europa, cuenta Alberto Álvarez, alergólogo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
No obstante, no son la única especie a la que estar atentos. El olivo también tiene un peso notable en cuanto a las alergias. España cuenta con una gran cantidad de olivares y, además, su polen “vuela con mucha facilidad y se desplaza muchos kilómetros”, lo que favorece su diseminación, explica Álvarez.
Subiza, por su parte, aclara que su capacidad para producir síntomas no es la misma que la de la gramínea, al menos en zonas como Madrid, donde el olivo no está tan presente. En zonas con mayor concentración, puede ser diferente, explica.
En la capital puede haber unos 200 granos por metro cúbico, pero en territorios como Jaén o Córdoba, ya se cuentan por “varios miles”, dice el experto de la SEIAC.
En años como este, “mucha gente debuta por primera vez [como pacientes alérgicos]”, manifiesta Subiza. Generalmente, son personas que ya habían tenido síntomas en el pasado, pero eran tan leves que no se habían percatado o no les habían dado importancia, detalla. “Les ha cogido desprevenidos”.
Tanto Subiza como Álvarez destacan que es posible que este año muchos pacientes piensen que los antihistamínicos son menos efectivos. Es un hecho plausible, los fármacos tienen la misma eficiencia, pero cuanto más intensos son los síntomas, más les cuesta luchar contra ellos.
Hasta cuándo hay que esperar
Ambos expertos coinciden en que todavía esperan unos meses intensos respecto a los síntomas de la alergia. Mayo está siendo un mes bastante intenso, algo que se espera que continúe en junio. Habrá que esperar hasta julio para volver a niveles más leves de síntomas y polen.
Subiza puntualiza que hay algunas diferencias dependiendo de la zona. La polinización empezó en Andalucía en abril y ha llegado en mayo a las provincias del centro de la península. En el norte, los territorios de la Cordillera Cantábrica aún pueden tardar una semana más.
Cómo sobrevivir a la alergia
Esta reacción exagerada del sistema inmunológico es inevitable para quien la sufre, pero hay algunos consejos que pueden hacer más llevadera esta época, cuentan los expertos. La exposición es ineludible pero hay que hacer lo posible por reducirla al máximo.
El polen depende del aire para llegar a las vías respiratorias y cuanto más elevadas sean las temperaturas, más fácil será que ocurra esto. Por eso es importante evitar las actividades al aire libre en las horas centrales del día, dice Álvarez, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
Siguiendo esta premisa, lo mejor es mantener las ventanas cerradas todo lo posible para evitar que se cuele el polen en los interiores. Ventilar es necesario, pero lo mejor es hacerlo por la noche o a primera hora de la mañana, que las temperaturas son más bajas, indica Subiza.
También es aconsejable emplear mascarilla con filtro para polen y gafas para proteger tanto las vías respiratorias como los ojos del contacto, señala el experto de la SEIAC. Asimismo, al llegar a casa se recomienda hacerse lavados nasales y ducharse para quitarse los restos de polen.
Ambos expertos destacan la importancia de acudir a un especialista. Subiza destaca que no solo hay que pensar en los antihistamínicos, también pueden ser necesarios medicamentos para la rinitis o para el asma bronquial. “Es un tratamiento en escalera, tenemos muchas más herramientas”.