Ángela de Miguel (Valladolid, 1971) acaba de ser elegida (el martes día 20) nueva presidenta de la Confederación Española de Pymes (Cepyme) tras derrotar en las elecciones al hasta ahora máximo responsable, Gerardo Cuerva. Tras una dura campaña, con reproches cruzados y acusaciones de guerra sucia, De Miguel, avalada por el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, afirma estar en una «transición tranquila» y dice que las medidas del Gobierno, como reducir la jornada laboral o el aumento de las cotizaciones sociales, son «inasumibles». «Obligan a cerrar empresas», afirma.
– ¿Cómo se siente apenas 48 horas después de haber ganado las elecciones en Cepyme?
– Pues la verdad es que me siento con muchísima responsabilidad por tomar el liderazgo en un momento en que la pyme española está viviendo una situación bastante complicada.
– ¿Le ha dicho algo a su antecesor, Gerardo Cuerva, o qué le ha dicho su antecesor a usted?
– Al final lo que estamos haciendo es una transición tranquila, formamos todos parte de la misma organización. Nos preocupa lo mismo. Creo que es importante también mantener ese legado que tenemos de estos últimos 6 años. Todo con absoluta normalidad.
– ¿Cuál ha sido su primera acción como presidenta de Cepyme?
– Como prometí, yo lo que quiero es estar al lado de la pyme, de la pyme más pequeña, quiero estar en el territorio y apoyando las pymes que más lo necesitan. Acabo de estar en Valencia precisamente. Fue el primer lugar donde fui como candidata y también es al primer lugar donde he ido como presidenta. Me parece muy importante visibilizar la situación que está viviendo la pyme española que más sufre.
– ¿Qué le viene a la cabeza si piensa que ha ganado, pero que el 48% de los votos ha ido al otro candidato?
– Bueno, yo creo que lo importante es que estamos en el día después y que al final todos compartimos los mismos objetivos. Queremos una pyme española muchísimo mejor, muchísimo más fuerte y compartimos un diagnóstico. La situación de la pyme española es absolutamente dramática a día de hoy. Tenemos menos pymes y son más pequeñas. Al final los empresarios somos bastante pragmáticos.
– ¿Cómo va a diferenciar su acción de la etapa anterior?
– Nosotros no vamos a renunciar a los 40 años de historia de Cepyme, ¿no? Esto no tiene porqué ser una revolución. Pero una de las cosas que queremos es visibilizar la pyme del territorio. Vamos a estar muy presentes. Y luego ya iremos desgranando diferentes proyectos que tenemos para trabajar.
– ¿Esto le va a obligar a aparcar su actividad en su despacho profesional como abogada en Valladolid?
– Vamos a ver, mi empresa no la voy a dejar nunca porque por algo soy empresaria y además me parece que es lo lógico seguir siendo empresaria. Lo que sí que es verdad es que la parte de la toga la tendré que colgar temporalmente.
– ¿Cuál es su posición sobre la jornada laboral, las cotizaciones sociales y el SMI?
– Sobre las 37 horas y media, yo creo que la posición no puede ser otra más que una clarísima oposición a que se aplique vía ley o vía decreto del Gobierno en la empresa española. Una gran mayoría de la empresa más chiquitita, de la microempresa, sobre todo, no tiene capacidad para absorberla. Estamos hablando de un aumento de costes del 7% en unas empresas que tienen un 2% de margen de beneficio en muchísimos casos, o menos. Entonces, o subes los precios o tienes pérdidas.
Y luego tenemos la parte organizativa. Al final todos conocemos un bar que podamos tener en Lérida, o una peluquería de Castelldefels, que tienen un trabajador o dos. Si yo tengo una reducción de jornada, no tengo manera de gestionar un turno, o sea, lo único que me queda es cerrar o tener menos tiempo el establecimiento abierto. Y si tengo menos tiempo el establecimiento abierto, son menos ingresos. Y si tengo menos ingresos, vendo menos y somos cada vez más pequeños. Entonces, ni por organización ni por criterio económico, la empresa más pequeña española va a poder soportar las 37,5 horas de trabajo.
– ¿Y sobre las cotizaciones sociales y el SMI?
– Ahí lo que tenemos es un aumento del 20% en las cotizaciones sociales. Esa es una de las razones por las cuales están cerrando las microempresas en España y se están haciendo más pequeñas. Un aumento del coste del 20% es absolutamente inasumible. Entonces la empresa española tiene que optar por ser más pequeña, es decir, por contratar menos. Y otro problema que tenemos es que al final ese incremento de costes lo tenemos que repercutir en el precio, porque esto son matemáticas. Si los gastos se nos disparan porque el Gobierno ha decidido incrementar la columna de los gastos, o incrementamos los ingresos, o cerramos.
– ¿Cree realmente posible que el Gobierno cambie su política en estos aspectos? ¿Ha hablado usted ya con alguien del Gobierno?
– Pues todavía no he tenido la oportunidad. Yo desde luego creo que sería muy sensato que cambiaran. Ahora mismo el tema de las 37,5 horas está en el Parlamento. A día de hoy no se ha podido aplicar. Además, tenemos una burocracia que es carísima de mantener. Tenemos un esfuerzo fiscal del 37% en la empresa española, cuando la media europea está en un 25%. Y con eso tenemos que competir.
– ¿Cómo ve el plan antiaranceles del Gobierno? ¿Qué cree que le falta, si cree que le falta algo?
– Creo que la situación es bastante compleja y que las empresas vamos a necesitar ahí muchísimo apoyo. Por un lado, ayudas directas a todas las empresas que van a perder ese mercado de Estados Unidos. Pero no hay que olvidar que nuestra empresa es exportadora a muchísimos países europeos y estos países europeos a su vez exportan a Estados Unidos, con lo cual vamos a sufrir no solamente el impacto directo de lo que no se vende en Estados Unidos, sino también el impacto indirecto. Y luego es muy importante tener un programa serio y claro de búsqueda de mercados alternativos.
– ¿Está de acuerdo con los planes del Gobierno de cerrar las nucleares? ¿Qué plantean ustedes?
– Bueno, acabamos de tener un apagón. Es más que evidente que España no se lo puede permitir. Al final el papel lo aguanta todo, pero la realidad no lo aguanta. España es un país que necesita tener un mix energético variado y dentro de ese mix es muy importante el peso que tienen las centrales nucleares para evitar situaciones como un apagón, sobre el que todavía no se han dado explicaciones claras de qué es lo que ha pasado.