Una trabajadora de una empresa privada que hace TFGs a sus alumnos explica si es legal o no: hasta 200 euros

El Plan Bolonia se empezó a implantar en las universidades españolas a partir de 2003, cuando el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte presentó el documento. Desde entonces 
la obligatoriedad de presentar un trabajo de fin de grado o de máster para la obtención del título ha aumentado considerablemente las compras y ventas de estos trabajos. 

El Trabajo de Fin de Grado (TFG) supone plasmar los conocimientos adquiridos durante la carrera en un proyecto de investigación que los estudiantes deben realizar para finalizar sus estudios. Su entrega habitualmente esta supeditada a conseguir aprobar primero todos los créditos y, posteriormente, en el mes de junio normalmente, exponer el trabajo ante un jurado. La llegada del calor, que los días son más largos y lo que menos apetece es encerrarse en casa. La desmotivación, la pereza o la falta de tiempo a menudo dificultan todavía más la tarea. 

Es por ello, que muchos alumnos cada año recurren a empresas privadas para que les hagan el TFG. En ‘La Tarde’ Pilar García Muñíz ha querido analizar este fenómeno en el mundo universitario de la mano de los colaboradores habituales como Lorenzo Silva y Daniel Gascón

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