«El orden eres tú», dicen que le dijo el alto cargo socialista canario al empresario libanés encarcelado por liderar una red de narcotráfico, que le pedía intermediación política a cambio de presentes, según el dossier que obra en poder de la Policía Nacional. El cargo socialista, expresidente y actual vicepresidente segundo del Parlamento de Canarias, había sido advertido por el empresario de que si no se frenaban las inspecciones en los clubes cannábicos del sur de Tenerife los incidentes en la calle se iban a suceder. De político a capo, el socialista expedientado, Gustavo Matos, que por su aspecto parece recién salido del ropero más actualizado de la corrupción, le prometió parar las inspecciones. O al menos, esa es la conclusión que se extrae de las conversaciones pilladas por la Policía y que Matos, con una apabullante desfachatez, considera fuera de contexto al no reproducirse en toda su extensión. Sin embargo, «el día que yo te necesite, sé que te tengo» o «solo me meto en guerras para ganar dinero», pronunciadas por el parlamentario canario, se expresan elocuentemente formando parte de un mismo e inequívoco encuadre.
En un escenario copioso en escándalos solo faltaban por desvelar las conexiones de la política con el crimen organizado internacional, teniendo como ya tenemos abiertos casos de supuesta corrupción ministerial, de presumible tráfico de influencias y nepotismo en circunstancias familiares que afectan al círculo más íntimo del Presidente; novias empleadas, prostitutas, instituciones penetradas para obtener apoyo a sus fines, oscuros vínculos con Venezuela y un inédito apagón general que nadie ha explicado todavía a qué se debió. Quién nos lo iba a decir del sanchismo, que llegó por primera vez a la Moncloa después de una moción de censura presuntamente para desalojar a un Gobierno corrupto del partido adversario.
Suscríbete para seguir leyendo