La fuga (o la idea de hacerlo) es la causa más frecuente de desaparición de niños o adolescentes en España. Representa más de la mitad de los casos (57,6%) de horas horribles para las familias. ¿Qué les empuja a esa huida?. ¿Qué había en su entorno antes de esa traumática marcha?. Mucha tensión, mucha conflictividad. La violencia de género (12,2%); las adicciones, sobre todo el consumo de alcohol (11,5%); el maltrato psicológico (11,4%); el físico (9,5%) y la agresividad (9,4%) estaban presentes los días previos a esa fuga, según relatan los propios menores. Son datos del informe ‘Teléfono/Chat ANAR 116 000 para Casos de Niños/as Desaparecidos/as 2024’, que este miércoles ha presentado en rueda de prensa Fundación ANAR.
La organización ha dado a conocer un documento que radiografía el dolor que hay tras esas desapariciones y ha expuesto los datos de las peticiones de ayuda recibidas en sus líneas de ayuda en relación con los casos de menores desaparecidos en 2024. Una primera pincelada: según datos del Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), que pertenece al Ministerio del Interior, el 49,4% de las personas que desaparecieron en España ese año eran menores de edad.
Expulsiones del hogar
En 2024, Fundación ANAR ayudó a 1.171 menores desaparecidos y a sus familias, para lo que fue necesario atender 4.383 peticiones de ayuda, lo que supone un incremento del 91,4% en los últimos cinco años. Sobre todo desde 2023 al 2024, se ha indicado. Con un pico destacado en 2021, como efecto rebote de la salida del confinamiento, que en muchos hogares se vivió con situaciones muy graves, ha explicado Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda ANAR que también ha señalado que, desde que se puso en marcha el teléfono para menores desaparecidos (el 116 000) en 2011, se ha producido un aumento del 675% de casos ayudados.
Como se ha dicho, en lo referente a las causas, la huida es la más frecuente y supone la mitad de los casos. El segundo motivo de desaparición más común son las expulsiones del hogar (23,7%), seguido del secuestro parental (12,4%) en el caso de los más pequeños, pérdida o accidente (3,8%), secuestro por parte de terceros con fines (son casos minoritarios) criminales (1,9%) y migrantes no acompañados/as (0,6%).
Llegar a estos últimos menores que arriban solos a nuestro país, que están en riesgo extremo y a los que, en muchos casos, sus familias no buscan, es «uno de los grandes retos» de ANAR, se ha dicho. También, Benjamín Ballesteros, director técnico de la Fundación ANAR ha llamado la atención sobre las expulsiones de menores de sus casas. Algo que, ha subrayado, nunca debe suceder y que les pone en extremo riesgo.
Más fugas de chicas
Respecto al perfil de los niños ayudados más de la mitad de las consultas atendidas hacen referencia a mujeres (59,3%), mientras que las de varones son menores (38,7%). Con respecto a la edad, predominan los/as adolescentes, con un 66,2%, seguidos de los/as preadolescentes, con un 18,6%, y los niños/as, 13,1%. El 36,2% de los niños/as y adolescentes desaparecidos viven en familias monoparentales, mientras que el 24,2% lo hace con ambos progenitores y el 5,1% reside en un centro o institución. Asimismo, el 3,2% de los menores de edad desaparecidos tienen alguna discapacidad.
Los principales problemas que padecen los niños desaparecidos son la tristeza (10,6%), el maltrato psicológico (10,5%), el miedo (10,2%), la conducta suicida (9,9%) y la ansiedad (9,1%). En líneas generales, los problemas de salud mental son más frecuentes (63,3%) que los relacionados con la violencia (22,9%), mientras que otras cuestiones, como los problemas en el colegio, las dificultades de relación y la pobreza infantil, entre otros, suponen el 13,8% restante.
Experiencia traumática
«La desaparición de un menor de edad del entorno familiar es una de las experiencias más duras y traumáticas que puede sufrir un ser humano», ha señalado Ballesteros.
Como consecuencia de las consultas recibidas por desapariciones Fundación ANAR llevó a cabo 1.347 derivaciones a recursos de infancia
En el 81,8% de las consultas recibidas en las Líneas de Ayuda se ha necesitado orientación psicológica, social y jurídica. La mayoría de las problemáticas relacionadas con la desaparición se producen desde hace más de un año (67,6%). En cuanto a la urgencia y la gravedad de las situaciones, ambas son muy altas, con un 92,9% y un 94,9% respectivamente.
La prevención
La prevención es crucial, ha dicho Diana Díaz. Como consecuencia de las consultas recibidas por desapariciones, Fundación ANAR llevó a cabo 1.347 derivaciones a recursos de infancia. Además, hubo 259 casos graves que requirieron una intervención inmediata de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, los Servicios Sociales y Servicios de Protección a la Infancia y Adolescencia.
El Teléfono 116 000 para casos de niños desaparecidos es un número común, armonizado de la Unión Europea, declarado de Interés Social, se ha recordado. Además, coopera en red junto a todos los países de la UE. Además, la entidad forma parte de redes nacionales e internacionales de protección a la infancia. En 2024 intervino en 6 situaciones de coordinación internacional que precisaron de cooperación transfronteriza, en las que estaba implicada la desaparición de 7 menores de edad.