Una investigación explora una serie de factores individuales que estarían directamente relacionados con la sensación de felicidad, que tendrían una influencia similar o incluso mayor que los condicionantes externos y sociales: esto explicaría por qué algunas personas manifiestan más felicidad que otras a pesar de atravesar situaciones similares.
Un estudio reciente de la Universidad de California en Davis, en Estados Unidos, y publicado en la revista Nature Human Behaviour, muestra que la felicidad no tiene una fuente única ni universal, sino que varía significativamente entre individuos. Esta investigación, liderada por la psicóloga Emorie Beck, analizó datos de más de 40.000 personas en Alemania, Reino Unido, Suiza, Países Bajos y Australia, recopilados a lo largo de 30 años.
Modelos de felicidad
El estudio identifica tres patrones o «modelos de felicidad» principales, que explican cómo las personas experimentan las sensaciones de satisfacción. De acuerdo a una nota de prensa, en el modelo «de abajo hacia arriba», la felicidad se deriva de la satisfacción en áreas específicas de la vida, como salud, ingresos, vivienda, trabajo y relaciones personales. En consecuencia, existe un predominio de cuestiones externas o sociales.
Por otra parte, en el modelo «de arriba hacia abajo», la felicidad proviene de factores internos, como la resiliencia, el propósito vital y la actitud personal, independientemente de las circunstancias externas. En este caso, la felicidad sería más una elección personal que un conjunto de situaciones sociales o condicionantes externos al individuo.
También existe un modelo bidireccional, en el cual se produce una interacción entre factores internos y externos que influyen en el bienestar general. Además de estos tres modelos básicos, se identificó un cuarto grupo de personas cuya felicidad no se correlaciona claramente con ninguno de estos modelos, sugieriendo que otros factores, como eventos inesperados o estructuras sociales más amplias, podrían desempeñar un papel significativo.
Soluciones complejas y personalizadas
Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para el diseño de políticas públicas destinadas a mejorar el bienestar de la población. Según Beck, es esencial reconocer que no existe una solución única para todos. Las intervenciones deben ser personalizadas, considerando tanto las circunstancias externas como las características individuales de cada persona.
Referencia
Towards a personalized happiness approach to capturing change in satisfaction. Emorie D. Beck et al. Nature Human Behaviour (2025). DOI:https://doi.org/10.1038/s41562-025-02171-z
Por ejemplo, mejorar el acceso a servicios de salud, educación y empleo puede beneficiar a quienes se alinean con el modelo «de abajo hacia arriba». Simultáneamente, programas que fomenten la resiliencia, la meditación o distintas terapias pueden ser más efectivos para aquellos que se identifican con el modelo «de arriba hacia abajo».
En definitiva, la investigación destaca la complejidad de la felicidad y la necesidad de enfoques multifacéticos para promover el bienestar. Reconocer la diversidad en las fuentes de felicidad puede conducir a intervenciones más efectivas y a una sociedad más saludable y con mejores niveles de satisfacción.