Richard Carapaz ocupó este miércoles una silla en la mesa del Giro. Cogió los cubiertos y degustó el menú que sólo pueden catar aquellos que aspiran a la victoria. “Voy a luchar por el triunfo hasta Roma”, advirtió el corredor ecuatoriano después de imponerse en la 11ª etapa. Es sexto de la general a 1.56 minutos del mexicano Isaac del Toro. Todo está abierto. Las diferencias son mínimas y hay suficiente dureza para ampliar o recortar distancias. Nadie puede dormir a pierna suelta y son unos cuantos los que se han ganado el derecho a soñar con la victoria final.
Carapaz, 31 años, nació al lado de la frontera colombiana, donde escuchaba siendo niño las narraciones radiofónicas, las que convertían en héroes a los históricos ‘escarabajos’. Fue el ciclista que ganó el Giro en 2019 cuando corría con el equipo Movistar. El mismo que se convirtió en campeón olímpico en los Juegos de Japón y el que ha sido otra vez segundo del Giro, tercero del Tour y segundo en la Vuelta.
Todo un peligro
Es todo un peligro; uno más para Juan Ayuso, más palos en las ruedas de la bici del corredor alicantino quien, en una etapa de montaña, dura y complicada, tuvo que correr amarrado al sillín, como si llevase una correa, porque ya sabe que, mientras aguante, el líder del equipo es Del Toro. Además, por si fuera poco, el corredor mexicano llegó en segunda posición con lo que pilló 6 segundos de bonificación, un premio que envió a Ayuso, segundo de la general, a 31 segundos de distancia de la ‘maglia rosa’.
Circuló el Giro por una montaña larga y dura, Alpe de San Pellegrino, un puerto que habría sido catalogado de categoría especial en el Tour, aunque la cima estaba a 90 kilómetros de la meta, demasiado lejos con 10 etapas aún en el camino como para emplearse en un ataque casi suicida.
Bilbao y Quintana
Fue territorio para que se formase la fuga del día con un Pello Bilbao que quiere ganar su etapa -sería la tercera en el palmarés- y con un Nairo Quintana que se resiste a abandonar el ciclismo si no es por la puerta grande. Lo contemplan una victoria en el Giro, otra en la Vuelta y tres podios en el Tour.
Juan Ayuso, este miércoles, por delante de Isaac del Toro con el jersey rosa. / GIRO DE ITALIA
Fueron pillados a 9 kilómetros de la meta, en el tercer y último puerto del día, justo en el instante del demarraje de Carapaz, con tanta furia que ningún contrincante fue capaz de pillarlo y acabó celebrando la victoria en la meta. “Hacía tanto tiempo que no ganaba y ya no me acordaba del último triunfo conseguido aquí”, dijo en la señal internacional de televisión.
Conquistó dos etapas en 2019, el año de su victoria, el Giro en el que tumbó a Primoz Roglic. En 2022, vistió de rosa hasta el penúltimo día cuando no pudo responder al ataque de Jai Hindley. Hoy, Hindley y Mikel Landa, que fue tercero, se encuentran fuera de la ronda italiana, caídos en el combate de la carrera antes de que se desenterrase el hacha de guerra.

La 12ª etapa. / GIRO DE ITALIA
Carapaz fue como un cohete mientras el UAE controlaba por Del Toro. Tenía suficiente el corredor mexicano con imponerse en el esprint del grupo de favoritos. Ayuso, además, entró mal situado en la última curva con lo que perdió cualquier opción de bonificar, fiel al papel de mantenerse sereno y paciente, a rueda de la ‘maglia rosa’, mientras el primer clasificado se mantenga firme al frente de la general.
La verdad es que Del Toro no dio ningún signo de flaqueza en toda la etapa, antes de que el Giro recupere este jueves, salvo sorpresa, el capítulo de llegada masiva.
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