Teoría y práctica del rencor de clase

Recorriendo el paseo del Muro, comentaba con un colega narrador, columnista de fama y poeta otrora (y sin embargo amigo) lo estomagante que me resulta la contemplación de ciertas personas. Ver apenas su careto y revolvérseme las tripas. Trump, Musk, Putin… Esos colores de piel o de no piel, ese cabezón fuera de sitio… Me tengo por tolerante y tal y cual; pero no me explico por qué ya solo el entrever sus fachas (DEL: traza, figura, aspecto) me descuajeringa.

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