Bilbao tiene un olor particular durante todo el año. Paseando entre sus calles se aprecia un aroma especial que sorprende a los visitantes. Es la esencia del fútbol, que desde San Mamés inunda todos los rincones de una ciudad que late al ritmo de su corazón rojiblanco. Las camisetas del Athletic Club son el uniforme oficial de los bilbaínos y las conversaciones sobre los leones, el tema más escuchado en las barras de los bares de la ciudad.
Esta semana, en cambio, el aire de la capital vizcaína es distinto. El olor a fútbol sigue intacto en el ambiente, pero tiene ahora un regusto a bufandas inglesas, a bengalas por estrenar y a nervios previos a disputar una gran final. Y es que, Bilbao ultima los preparativos para convertirse este miércoles en el epicentro del fútbol europeo con la final de la Europa League que se disputa en ‘La Catedral’.
Entre 50.000 y 80.000 aficionados del Tottenham Hotspur y del Manchester United llegarán a la ciudad para animar a sus equipos en un partido que vale un título. La gran cita llega apenas dos semanas después de la tremenda decepción que supuso la eliminación del Athletic en semifinales ante ‘Los diablos rojos’. El equipo de Ernesto Valverde no pudo superar la prueba de fuego y vio cómo la ilusión de toda su afición de jugar la final de la Europa League en San Mamés se le escapaba entre sus dedos.
Pero, una vez superado el desánimo, gracias también a la gran temporada cosechada por el club vasco, que le permitirá disputar la próxima campaña la Champions League, la ciudad y Vizcaya en general se han puesto manos a la obra para dar un paso más en esa carrera de internacionalizar Bilbao a través de la celebración de grandes eventos. El Tour de Francia, la final de la Champions femenina, las finales de rugby o los premios de la MTV son prueba de la apuesta que se viene realizando los últimos años por parte de las instituciones.
Escultura de un balón gigante conmemorativo en una calle de Bilbao, donde se disputará la final de la Europa League. / LUIS TEJIDO / EFE
Bilbao, en el escaparate europeo
Todos estos grandes acontecimientos ayudan a posicionar el nombre de la ciudad en el extranjero y atraen grandes cantidades de dinero. Pero, al mismo tiempo, suponen un complicado reto de gestión. En esta ocasión, solo a las gradas del estadio acudirán 49.600 espectadores. De ellos, un mínimo de 15.000 serán hinchas de cada equipo, además de otros 11.000 aficionados neutrales y unas 8.600 entradas que distribuye la UEFA. Los precios de las 41.000 localidades puestas a la venta oscilan entre los 40 euros de las más baratas a los 240 euros de las más caras.
Para recibir a todos los aficionados británicos de la mejor manera, la villa ya se ha vestido con sus mejores galas y ha teñido plazas y calles con los colores de la competición. Grandes balones, banderines en las farolas, autobuses y tranvías personalizados, e incluso, bancos habituales transformados en banquillos adornan una ciudad que ya respira ambiente de final.
Rodeados de esta atmósfera, los ciudadanos continúan su día a día mientras las autoridades se preparan para afrontar un desafío en términos de movilidad, logística y seguridad. El examen pondrá a prueba una vez más la capacidad organizativa de Bilbao, que se juega la posibilidad de consagrarse como una de las urbes en las que confiar para acoger un evento de estas magnitudes. En este escenario, las personas de a pie hacen lo posible por cumplir con su rutina, tratando de esquivar los inconvenientes y obstáculos que implica una celebración así, sobre todo, el día del partido, donde una marea de aficionados ingleses llenará cada rincón.
Sin camas y con precios disparados
Las decenas de miles de personas que se esperan ya han completado la capacidad hotelera de Bilbao y de sus alrededores e, incluso, han rozado el lleno absoluto en San Sebastián y Álava. Ante tal demanda, los precios de las habitaciones para la noche del 21 de mayo se han disparado, llegando a multiplicar 15 o 20 veces sus precios. Por ejemplo, un hotel de 2 estrellas en el centro histórico de Bilbao cobra por una habitación para dos personas la noche de la final 5.500 euros, mientras que esa misma estancia una semana después tiene un precio de 185 euros. Este es solo un ejemplo de lo que es una tónica general.

Mapas de los precios de hoteles en Booking para el día de la final y para una semana después. / Redacción
La falta de disponibilidad y los precios desorbitados ha desatado la indignación entre las aficiones inglesas, que han mostrado su frustración en redes sociales y han planteado la posibilidad de dormir en la calle. “Los precios no son de este mundo. ¿Quién puede pagar 1.500 euros por una noche de hotel?”, se pregunta un aficionado. Otros reconocen que pasarán la noche a la intemperie antes de regresar al aeropuerto y preguntan si es seguro dormir en la calle.
“En Bilbao hay 5.000 habitaciones y más del 80% se ha vendido con más de un año de antelación»
Ante esta subida de precios, el presidente de la Asociación Hotelera Destino Bilbao y director del Zenit Hotel, Joseba Goirigolzarri, defiende que la gran mayoría de las habitaciones están reservadas con mucho tiempo de antelación por los propios organizadores del evento y los llamativos precios que han generado cierta polémica las últimas semanas “no representan ni el 0,5% de la oferta”. “En Bilbao hay 5.000 habitaciones y más del 80% se ha vendido con más de un año de antelación y no a esos precios. El rango de precios es inferior, no llegan ni a 800, ni a 700 euros”, asegura Goirigolzarri.
Más allá del beneficio que puedan obtener los hoteles en una fecha así, el presidente de Destino Bilbao destaca las consecuencias positivas que traerá más adelante: “Es un impulso más para el futuro que para el presente. El negocio de los hoteles es recurrente, necesitamos llenar todos los días. Por eso, lo importante es la imagen que proyecte Bilbao, que será lo que atraiga visitantes en el futuro”.
“Un cliente de oro”
Otro de los sectores que esperan con ilusión esta cita es el de la hostelería, que ha hecho aprovisionamiento de mercancías y refuerzos de plantillas para atender a los británicos. “El sistema de reparto de los proveedores es bastante avanzado y no tenemos grandes problemas, pero hay que realizar los pedidos con cierta antelación para que no se forme un auténtico tapón”, explica Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Vizcaya.
Los bares y restaurantes juegan con la ventaja de que el aficionado inglés al fútbol se caracteriza por poseer un alto nivel adquisitivo y una devoción por la cerveza, esto es lo que Sánchez denomina “un cliente de oro para la hostelería” Además, los establecimientos celebran que el operativo municipal finalmente permitirá abrir sin restricciones a los bares, restaurantes y comercios que se encuentren dentro del perímetro de seguridad, algo que no ocurrió en los tres partidos a nivel europeo jugados en San Mamés anteriormente.
Frente a este escenario, Sánchez desea que “todo transcurra sin incidentes, que se celebre una fiesta sana y que los visitantes se lleven una imagen positiva de Bilbao y de las personas que vivimos aquí”.

Una imagen del estadio de San Mamés. / LUIS TEJIDO / EFE
Libertad para las aficiones
El consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, aseguró la semana pasada que lo fundamental es que ambas aficiones no se encuentren en el acceso al estadio, por lo que, cada una de ellas llegará a las inmediaciones de San Mamés flanqueada por una gran cantidad de agentes de la Ertzaintza. El resto del día, ambas hinchadas tendrán la posibilidad de desplazarse por la ciudad sin ninguna limitación. El Arenal ha sido declarada como la zona de aficionados, un espacio neutral para los seguidores de ambos equipos de acceso gratuito. Mientras que las respectivas ‘fan zone’, los puntos de reunión de los aficionados de cada equipo, estarán ubicados en Ametzola, para los ‘Spurs’, y en el Parque Etxebarria, para los ‘Red Devils’.
El día de la final tendrán lugar una serie de actividades previas a que el balón eche a rodar. Entre las que las que más destacan, se puede encontrar un partido de leyendas, con exjugadores que han disputado la competición, y una reunión por la mañana del Comité Ejecutivo de la UEFA.
A pesar de que el partido no se ha declarado como de alto riesgo, las instituciones han preparado un amplio dispositivo con, entre otras medidas, unos 2.000 agentes de la Ertzaintza, el grueso de la plantilla de la Policía Municipal disponible, el cuerpo de Bomberas y Bomberos reforzado de forma considerable su guardia habitual y 60 operarias y operarios del Servicio de Limpieza, que se encargarán de mantener el brillo en las calles. En cuanto al acceso a San Mamés, las autoridades establecerán tres perímetros alrededor del estadio para controlar el ingreso y garantizar la seguridad de los asistentes. Estos anillos permitirán realizar controles de entradas y evitar la introducción de objetos prohibidos.

Un tranvía anuncia la final de la Europa League el 21 de mayo. / LUIS TEJIDO / EFE
Vuelos y restricciones
Buena parte de los visitantes llegarán y se marcharán del País Vasco en avión, en los 165 vuelos chárter que gestionará Aena en los aeropuertos de Bilbao, Vitoria, San Sebastián y Santander entre el 20 y el 22 de mayo, procedentes de diferentes localidades británicas.
De ellos, el de Bilbao, que recibirá a los dos clubes de fútbol, gestionará un total de 79; el de Vitoria, que centralizará el regreso a casa de la afición del Tottenham una vez finalice el partido, 34; el de San Sebastián atenderá 13 vuelos y el Seve Ballesteros-Santander otros 39 vuelos chárter.
Aunque quizás lo que más impacte de manera negativa en la ciudadanía serán las diferentes afecciones y restricciones que ya sufren desde ayer en aspectos como la seguridad, el tráfico, los aparcamientos o la movilidad, entre otras. Ya para el mismo día 21, se recomienda no utilizar el vehículo privado y acceder a Bilbao en transporte público, fundamentalmente metro y tren, cuyos servicios serán reforzados.
El dispositivo contempla multitud de cortes de tráfico. Los más importantes se producirán en el entorno de San Mamés y afectarán fundamentalmente a los barrios de Basurto, Indautxu y Olabeaga, en los que se producirá el corte de tráfico más largo, que se prolongará entre las 00:00 horas del día 21 de mayo hasta las 05:00 horas del jueves, día 22.
Con todo preparado para el espectáculo, ya solo falta que el balón eche a rodar sobre el césped de San Mamés. Bilbao, esta vez sin el Athletic como protagonista, atraerá todos los focos de la industria del fútbol siendo escenario de una final en la que mostrará al mundo todo su potencial para acoger grandes eventos sin perder ni un ápice de su identidad.