“Te compras un iPhone y, sin saberlo, acabas atrapado en una deuda de más de 5.000 euros solo en intereses”. Así resume un abogado experto en derecho bancario y reclamaciones financieras el caso real de uno de sus clientes, que acudió a su despacho tras descubrir que la financiación de su nuevo móvil escondía una tarjeta revolving.
Este tipo de productos, cada vez más extendidos, suponen un auténtico riesgo financiero para los consumidores. Aunque se presentan como una forma cómoda de aplazar pagos, en realidad esconden intereses abusivos y una estructura de amortización que impide saldar la deuda.
Un caso real: un móvil financiado con una tarjeta trampa
El cliente del abogado fue a comprar un iPhone y decidió financiarlo. En ningún momento se le explicó que la operación se realizaba mediante una tarjeta revolving. Lo que parecía una compra aplazada sin complicaciones se convirtió en una trampa: meses después, ya había abonado más de 5.000 € solo en intereses, sin reducir la deuda inicial.
¿Cómo funcionan las tarjetas revolving?
Las tarjetas revolving permiten pagar en cuotas reducidas, lo que en principio parece una ventaja. Sin embargo, esa cuota se destina en su mayoría a cubrir intereses muy elevados —muchas veces superiores al 20 % TAE—, dejando intacto el capital prestado.
Así, el consumidor se ve atrapado en un ciclo infinito de deuda, del que resulta muy difícil salir sin ayuda legal. Lo más preocupante es que, en muchos casos, no se informa adecuadamente al cliente sobre el tipo de producto que está contratando, como ocurrió con el afectado.
Una práctica que ya ha sido condenada por los tribunales
El Tribunal Supremo ya ha establecido que los intereses desproporcionados en tarjetas revolving pueden considerarse usura, lo que abre la puerta a que los consumidores reclamen judicialmente y recuperen todo lo pagado de más.
¿Qué debes hacer si te ha pasado?
El letrado recomienda seguir estos pasos si crees que podrías estar atrapado en una tarjeta revolving:
- Revisa el contrato y las condiciones: es probable que estés pagando mucho más de lo que piensas.
- Consulta con un abogado especializado: muchos despachos ofrecen revisiones gratuitas de tu caso.
- Presenta una reclamación al banco: exige la nulidad del contrato y la devolución de cantidades indebidas.
- Acude a los tribunales si no hay acuerdo: las sentencias están amparando a los consumidores.