Según diversos estudios, la Amazonía (la mayor selva tropical del planeta) ha perdido desde 1970 una extensión mayor que toda Francia a causa de los incendios y la tala indiscriminada, impulsada sobre todo por la necesidad de dotar de pastos a las macrogranjas de vacuno.
Los años en que gobernó el ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2023) representaron un severo retroceso en la conservación de este espacio, puesto que toleró la actuación ilegal de bandas que deforestaban, expulsaban a los indígenas de su hogar y desarrollaban todo tipo de actividades delictivas. Los incendios se dispararon y la tala también aumentó de forma preocupante.
Deforestación en la Amazonía / MIT
Sin embargo, la situación parece haberse suavizado notablemente desde la llegada al poder del actual presidente, Lula da Silva, que ha implantado medidas de protección y ha restablecido normas que habían quedado derogadas. Como resultado, la Amazonía registró en 2024 el menor índice de deforestación de los últimos 6 años, según un estudio de la red Mapbiomas que acaba de conocerse.
Dos reducciones consecutivas
Eso no significa que haya cesado el problema. Por el contrario, el año pasado fueron destruidas 377.708 hectáreas de vegetación nativa en la selva más extensa del planeta, pero eso representa un 16,8 % menos que en 2023.
Además, es la segunda caída consecutiva de la deforestación en la Amazonía después de que cayera un 62% en 2023 en comparación con 2022. Entre 2019 y 2024, Brasil perdió más de 9,8 millones de hectáreas de vegetación, una superficie similar a la de Corea del Sur. El 67% de toda esa superficie se perdió en la Amazonía.
Esta es la segunda caída consecutiva de la deforestación en la Amazonía, después de que cayera un 62% en 2023 en comparación con 2022
Mapbiomas es una red de datos que desde 2019 monitoriza la deforestación de Brasil mediante un gran número de satélites, tanto públicos como privados. Al emplear técnicas más detalladas que las usadas habitualmente, el resultado de deforestación es un 9,7 % menor que el divulgado por el Gobierno (418.400 hectáreas), empleando el sistema del Instituto de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués) .

La ganadería, una de las mayores responsables de la deforestación amazónica / Agencias
El estudio destaca que en 2024 se registró, por primera vez en seis años, una caída en la deforestación en todos los seis biomas brasileños, con excepción del Bosque Atlántico, que se mantuvo estable, pese al impacto de las inundaciones en Río Grande do Sul.
El Pantanal, el mayor humedal del planeta, presentó la mayor caída proporcional, con una reducción del 58,6 % en comparación con 2023.
Por su parte, en el semidesértico Cerrado la deforestación cayó un 41,2 %, pero fue la mayor área devastada de todo el país, con el 52 % del total de Brasil.
Deforestación en tierras indígenas
Según los resultados de Mapbiomas, el año pasado hubo prácticas de deforestación en el 33% de los territorios indígenas que, en total, perdieron 15.938 hectáreas de vegetación, lo que representó un 24 % menos que en 2023.
Destaca el caso de la tierra indígena Porquinhos dos Canela-Apãnjekra, localizada en la región amazónica del estado de Maranhão, fue la más afectada con 6.208 hectáreas de vegetación nativa destruidas, un 125% más que en 2023.