El Arzobispado de Oviedo está a la espera del informe arqueológico para definir el proyecto del centro cultural del martillo de Santa Ana, según confirmó ayer el vicario episcopal de Cultura y Relaciones Institucionales, Jorge Fernández Sangrador. Los sondeos y catas realizados en la parcela situada entre las calles Canóniga y Santa Ana, anexa al Palacio Arzobispal, acabaron el pasado mes con el hallazgo de «restos de alfarería y cerámica medieval, algo habitual», comentó Otilia Requejo, directora del Museo de la Iglesia, «cuando se hacen excavaciones en Oviedo».
Dos alumnas de la Escuela Superior de Arte, Inés Fernández-Blanco y Laura Tricas Solares, con la imagen de la «Mater Dolorosa» en la que están trabajando en el Museo de la Iglesia de Asturias. | J. A. A.
Fernández Sangrador y Requejo coincidieron este lunes en la presentación de un convenio con la Escuela Superior de Arte del Principado, que permite la formación de alumnos de estudios superiores de conservación y restauración mediante la realización de prácticas en el Museo de la Iglesia. El vicario de Cultura y Relaciones Institucionales comentó que, por el momento no hay más novedades sobre el proyecto para crear allí un gran centro cultural. «Estamos a la espera del informe arqueológico», se limitó a decir Fernández Sangrador, quien confía en poder contar con «un informe preliminar» de las excavaciones sin marcarse plazos.
«En realidad, el trabajo empieza cuando se acaba la excavación», precisó Otilia Requejo, quien a su cargo de directora del Museo de la Iglesia une su condición de experta en arqueología. La excavación arqueológica del martillo de Santa Ana consistió en varias fases que se han prolongado en torno a unos cinco meses.
El Museo de la Iglesia de Asturias (MIA), creado en 1985 por el arzobispo Gabino Díaz Merchán e inaugurado en 1990, cuenta con un fondo de 500 obras de escultura, pintura, arqueología y objetos litúrgicos «que constituyen una extraordinaria muestra de patrimonio religioso de todos los asturianos», apuntó Otilia Requejo. Gran parte de ese fondo pertenece a la Catedral de Oviedo mientras que una tercera parte, aproximadamente, es propiedad de más de un centenar de parroquias de toda Asturias. «Se trata de un museo vivo, muchas de estas piezas mantienen su misma función desde hace siglos en las parroquias de origen, a donde vuelven cada año para la celebración de las fiestas patronales o celebraciones litúrgicas», añadió la directora.
El Arzobispado firmó un primer convenio con el departamento de Historia del Arte en 2021 para la formación de alumnos en prácticas de grado y máster y ahora acaba de rubricar otro, que permitirá la integración de alumnas en estudios superiores de conservación y restauración. El Museo de la Iglesia ha acogido en los últimos años a doce estudiantes en prácticas, que han colaborado en tareas tan diversas como el registro, la catalogación, la difusión y la restauración de piezas que forman el patrimonio que puede contemplarse actualmente en la misma ala de catedral donde está la Cámara Santa. Además, una de las alumnas de la Escuela Superior de Arte ha tenido ocasión de participar en la valoración y conservación del fondo bibliográfico del Seminario Metropolitano.
El vicario de Cultura y Relaciones Institucionales subrayó la relevancia y el significado que dicho convenio tiene para la Iglesia asturiana. «Nos complace ofrecer este espacio que, en el marco único de la Catedral de Oviedo, contiene tanta belleza, amada y preservada, a los estudiantes de la Escuela Superior de Arte», manifestó Fernández Sangrador. El Vicario destacó que el alumnado, gracias a dicho convenio, puede iniciarse «no sólo en las técnicas del cuidado de las piezas que van a ser confiadas a sus trémulas manos de discentes para que las devuelvan a su prístina hermosura, sino la contemplación de su, a pesar del paso del tiempo, inmarcesible belleza». El director de la Escuela Superior de Arte, César Menéndez, agradeció la gran experiencia que aporta a los estudiantes poder trabajar con las piezas del Museo de la Iglesia.
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