En dos días ningún entrenador hace milagros, así se llame Phil Jackson o Zeljko Obradovic. Así que San Miguel se presentó en Vitoria con lo que el equipo traía trabajado de los meses anteriores. En una semana poco más se puede hacer y el intento del zaragozano de que el Casademont mejorara en defensa no surtió demasiado efecto ante el Granada. Es más, la imagen del equipo fue diametralmente opuesta a la esperada. Así que al tercer partido, en Bilbao, Rodrigo tuvo ya que tomar decisiones importantes, cambiar cosas de verdad para que el equipo ofreciera algo diferente.
San Miguel tuvo que ejercer de entrenador en el sentido más amplio del término en busca de un mejor rendimiento del Casademont y sus decisiones se notaron en la pista. El equipo necesitó de dos prórrogas pero acabó ganando y sumando la victoria número 13 del curso, frente a un rival directo, que puede ser fundamental para sus aspiraciones europeas. La decisión más llamativa del zaragozano, por ser radicalmente diferente de lo visto hasta la fecha, fue dejar a AJ Slaughter sin minutos. Fue la primera vez en todo el curso que el escolta no participó ni un segundo y el equipo no le echó de menos porque la aportación del norteamericano ha estado bajo mínimos toda la temporada.
La segunda decisión importante, e influyente en el equipo, fue cambiar la rotación de los cincos. Con Dubljevic como titular, su primer relevo fue Watson pero el norteamericano, que no ha terminado de encajar en el juego del equipo ni el juego del equipo ha terminado de encajarle a él, solo tuvo ocho minutos de juego. La segunda rotación fue para Youssouf Traoré, recién regresado de su ascenso a Primera FEB con el Palmer Basket. El maliense dio otra energía a su equipo y ayudó a sus compañeros desde el principio con buenos bloqueos y tocando muchos balones en los rebotes de ambos aros.
Ante ese panorama, San Miguel siguió apostando por Traoré, en algunas fases haciendo casi un cambio ataque-defensa con Dubljevic, y el equipo fue creciendo con el joven jugador en pista. Tuvo 11.37 minutos en los que sumó 6 puntos sin fallos en tiros de dos (3/3)y 3 rebotes para 8 créditos de valoración. El pívot, de 18 años, es además un jugador más que interesante para el futuro, tanto por su talento y capacidad en la pista como por el hecho de ocupar plaza de jugador de formación local.
La tercera decisión importante tuvo que ver con la primera porque sacar a AJ Slaughter de la rotación implica reducir el número de escotas y aleros disponibles. Así que Miguel González tomó más protagonismo. El vallisoletano hace ya unas semanas, más de un mes más bien, que ha dado un paso al frente y ha ganado confianza en sus posibilidades ofensivas, aumentando su aportación en ataque. En Bilbao fue un paso más para él como pieza importante del equipo. Como muestra, un dato, fue de los jugadores con más minutos en la pista: Bell-Haynes ganó a todos con 39 de los 50 disputados, pero después Yusta jugó 38.06 y González, 38.05.
El alero sumó 15 puntos con un 3/6 desde la línea de 3,75 y capturó 8 rebotes para 17 créditos de valoración. Sus puntos, además, llegaron en momentos importantes para el equipo, cuando el Casademont no encontraba la vía de anotación. Miguel González siempre ha sido un jugador de equipo que ha destacado por una labor más oscura, de intendencia, centrada en la defensa específica sobre un jugador rival. Pero ahora cree también en sus posibilidades de cara al aro contrario y eso le convierte en un jugador más completo.
Esas fueron las tres decisiones más importantes de Rodrigo San Miguel en Bilbao, más allá de otras puntuales como los cambios defensivos o el uso de dos bases en momentos determinados. El técnico zaragozano ha tenido que hacer cosas diferentes para que el resultado del Casademont Zaragoza fuera distinto y frenar así una caída libre que ni la marcha de Porfirio Fisac había conseguido atenuar. San Miguel ya tiene su primera victoria como entrenador profesional en su tercer partido al frente del Casademont Zaragoza y ejerciendo como tal.