En muchas ocasiones, nos sentimos atrapados en una persona que en realidad no queremos ser, cuyas actitudes y acciones se alejan de nuestro yo real.
Nuestra mente puede engañarnos, hacernos creer que esta es la personalidad que nos corresponde y que la persona que interpretamos de cara al resto es nuestra versión real.
El médico y experto en bienestar Mario Alonso Puig reflexiona, en una charla con la periodista mexicana Luz María Zetina, sobre esta situación cada vez más común, derivada de los roles y las presiones sociales que afectan a nuestra forma de ser y a cómo nos mostramos de cara a la sociedad desde la infancia.
Gestionar tres dimensiones
Uno de los aspectos que Puig destaca como primordial es la capacidad de gestionar no solo nuestros hábitos, sino también nuestros pensamientos y emociones.
El experto subraya que, «cuando una persona no ha integrado un determinado trauma o una determinada herida, eso queda en el cuerpo y puede evolucionar en una enfermedad«. En este contexto, el médico advierte de que es importante cuidar tres dimensiones principales:
- La dimensión física, que se refiere a los hábitos de nuestro día a día, tales como hacer ejercicio, mantener una dieta sana y equilibrada, etcétera.
- La dimensión mental, en la que destaca que debemos enfocarnos en el presente, y no dejarnos arrastrar por experiencias del pasado o preocupaciones del futuro.
- La dimensión espiritual, para la que es conveniente abandonar el ego y tratar de «vivir en gratitud«, interesándonos y ayudando a los que nos rodean.
Encarcelados en un personaje
El experto en desarrollo personal explica que el gran desafío que encontramos al tratar de superar nuestros miedos y avanzar hacia una nueva y mejorada versión de nosotros mismos es abandonar el personaje que creamos durante los primeros años de nuestra vida.
Puig subraya que este personaje lo creamos durante los primeros cinco años de nuestra vida, y que la situación se complica cuando «el personaje forma parte de una película que es un drama o, incluso, una tragedia».
En este sentido, el doctor destaca que es necesario comprender que esta representación que mostramos al resto de la sociedad es un simple papel, que se puede cambiar y que podemos ser nosotros los que escribamos «el papel que queremos jugar en la vida».
Descubrir quiénes somos
En ocasiones, ser conscientes del personaje que representamos es una tarea complicada, pues hemos adquirido esa personalidad como propia. Puig explica tres simples consejos que pueden ayudarnos a descubrir quiénes somos en realidad:
- Distinguir entre personaje y persona: entender que el papel que desempeñamos no tiene por qué ser nuestro yo real.
- Dejar de juzgar y de juzgarte: el experto explica que «ese juicio siempre viene del pasado y el pasado, lo que hace, es dar solidez al personaje».
- Expandir la consciencia: recomienda «separarte de la película y empezar a observar hasta reconocerte como el escritor o la escritora del guion».
Además, destaca que hay que ser capaces de «comprender que todos tenemos retos» y que «cometemos errores» y que no debemos fustigarnos o culparnos por ello, pues «tenemos la perfección y la vulnerabilidad simultáneamente».