La manifestación Canarias tiene un límite 18M que mayor cantidad de ciudadanos congregó este domingo fue la desarrollada en Santa Cruz de Tenerife. En ella se exigió una ley de moratoria turística que impida la construcción de nuevos establecimientos, incluidos los que están ya en marcha y cuya paralización supondría sanciones millinarias para las administraciones, además de una ley de residencia o una ecotasa «real», entre otras cuestiones.
En torno a esto, el pacto de Gobierno CC-PP se divide por la necesidad de buscar medidas fiscales que reequilibren el impacto del turismo en el territorio. El gentío, en todo caso, coincidió en criticar que el Gobierno de Canarias haya ignorado el «grito colectivo» de aquel 20A de 2024 y no haya dado ni un paso para dialogar.
Entre los proyectos en esa isla que señalan como destructivos mencionan la urbanización Cuna del Alma, en El Puertito de Adeje, el hotel de La Tejita y el circuito del motor en Atogo (Granadilla), o futuros campos de golf, como el de La Hoya (Adeje).
«Propuesta demagógica»
Eustaquio Villalba, de ATAN, insistió en el mensaje de que se protestaba contra un «modelo económico» que ha llevado al Archipiélago «al colapso actual». «Somos la expresión del malestar de la sociedad canaria» resumió, al tiempo que tildó la ecotasa anunciada por la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, de «propuesta demagógica, que no sirve para disuadir» a los potenciales visitantes, sino «para recaudar» Además, lamentó que las autoridades no entren al «meollo de la cuestión», que pasa, desde su punto de vista, por parar o limitar el número de visitantes y plazas.
Para Daniel Duque, portavoz de Salvar La Tejita, el éxito de la convocatoria tuvo su origen en los titubeos de algunos políticos, «como Rosa Dávila, con su ecotasa». A su juicio, una de las consecuencias negativas de la actual realidad económica de las Islas está en el problema de la vivienda, «que es una prioridad y hay muchas complicaciones para tener una casa e, incluso, una habitación». Y añadió al listado: la precariedad laboral.
«No es turismofobia, es supervivencia»
Desde la perspectiva medioambiental, Salvar la Tejita incluye entre los contras la proliferación de vertidos ilegales de aguas fecales o residuales al mar en diferentes puntos del Archipiélago. «Todos somos conscientes de que hemos llegado al límite», insistió Duque mientras se repetían consignas de las dos convocatorias anteriores: «Coalición Canaria es una inmobiliaria», «No es turismofobia, es supervivencia» o «más fundamento y menos cemento».
Entre los asistentes estaba Wladimiro Rodríguez Brito, exprofesor de Geografía de la Universidad de La Laguna (ULL) y exconsejero de Medio Ambiente y Agricultura en el Cabildo de Tenerife por CC. «Está claro que el modelo actual no puede sostenerse», explicó, ni la economía depender solo del turismo, con una «gran dependencia del exterior».
El nacionalista apostó por cuidar el subsector turístico, pero teniendo en cuenta la limitación de los recursos, entre otros los hídricos. Para Rodríguez Brito, no debe haber rivalidad entre los recursos hídricos destinados al sector primario y los que van a atender las necesidades de las empresas turísticas. Comentó el exconsejero que para un agricultor de Vilaflor, por ejemplo, disponer de una pipa de agua (menos de 500 litros) le supone el 50% de lo que recibe por su cosecha, mientras que para un turista es el 3% o el 4% del total de su factura.
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