Hace algo más de un año, el 14 de febrero de 2024, el Gobierno de España, en un movimiento sin precedentes, pidió por carta a la Unión Europea que se revisaran «urgentemente» los acuerdos que tiene con Israel en materia económica y política por la «insostenible» guerra en Gaza. En una carta firmada por Pedro Sánchez junto al entonces primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, se solicitaba a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que estudiara si Israel estaba incumpliendo la cláusula sobre respeto a los derechos humanos del Acuerdo de Asociación UE-Israel. La alemana guardó aquella petición en un cajón.
Ahora, 23.000 muertos después (de un total de más de 53.000 desde que comenzó la guerra, en su mayoría mujeres y niños) y tras 70 días de cerco total a Gaza y una hambruna en curso, los jefes de la diplomacia de los 27 van a discutir esa propuesta hispano-irlandesa. “Los ministros de Asuntos Exteriores debatirán la cuestión en el próximo Consejo de Asuntos Exteriores, que tendrá lugar el 20 de mayo”, asegura a EL PERIÓDICO la Comisión Europea. “Cualquier decisión de suspender el Acuerdo de Asociación o parte del mismo requeriría la unanimidad del Consejo”, responden a la pregunta de qué está impidiendo a la UE usar ese acuerdo para presionar al Gobierno de Benjamin Netanyahu.
Precisamente hoy, 24 horas antes de ese Consejo, el primer ministro israelí ha anunciado que permitirá la entrada de comida “básica” en Gaza para evitar una hambruna para aliviar la presión «diplomática». “La presión europea y la amenaza de sanciones – también de Israel, ha sido la razón que ha dado el ministro de Exteriores de Israel, Gideon Sa’ar” al gabinete de Gobierno para que impulsar esa decisión, según el diario israelí Kan.
Una propuesta de España e Irlanda de hace un año
Desde que España e Irlanda mandaron aquella carta, muchos países han cambiado de posición hacia Tel Aviv, especialmente en las últimas semanas por el cerco a Gaza y el anuncio de una ofensiva para conquistarla. En los últimos días, Francia, Suecia y Países Bajos han abierto la puerta a sumarse a la iniciativa de revisar el Acuerdo de Asociación UE-Israel.
Ese texto establece el marco jurídico de las relaciones comerciales, diplomáticas, científicas o políticas de la UE con Israel. En el Artículo 2 se establece que las relaciones entre los firmantes (los países de la UE y entonces también el Reino Unido) se deben «fundamentar en el respeto de los derechos humanos».
Palestinos junto a los cadáveres de varios muertos por los ataques del Ejército de Israel contra la Franja de Gaza (archivo) / Omar Ashtawy / Zuma Press / ContactoPhoto
El acuerdo entró en vigor en junio de 2000 y desde entonces guía la relación entre las partes. Se fijan las exenciones arancelarias a Israel, que exporta a la UE alrededor de un 28% del total de sus ventas al exterior. Gracias a ese acuerdo se permite a los estudiantes israelíes acceder al programa de intercambio Erasmus. Se conceden becas a las universidades israelíes dentro del programa europeo de desarrollo científico Horizon. Algunos de los programas conjuntos han recibido críticas de eurodiputados y organizaciones de derechos humanos porque son tecnologías de doble uso, civil y militar.
Presuntos crímenes de guerra en Gaza
Quienes proponen que se use la cláusula de derechos humanos para revisar la relación con Israel recuerdan que la Corte Internacional de Justicia ha establecido la plausibilidad que el ejército del país esté llevando a cabo actos de genocidio contra los palestinos en Gaza. La Corte Penal Internacional ha pedido la detención del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por presuntos crímenes de guerra. Varios informes de Naciones Unidas recogen también pruebas de genocidio y crímenes de lesa humanidad.
El veto a cualquier suspensión es previsible que provenga de países como Hungría, cuyo primer ministro, el ultraderechista Viktor Orbán, recibió hace unas semanas a Benjamín Netanyahu en Budapest, desoyendo la orden de detención internacional, y anunció la retirada de su país del Estatuto de Roma, que configura la Corte Penal Internacional.
Alemania, aliado histórico de Israel, es la mayor incógnita. Es previsible que se oponga también, a pesar de que al hilo de los últimos acontecimientos ha girado algo su posición de defensa incondicional y firmó recientemente un duro comunicado con Francia y Reino Unido exigiendo la entrada de ayuda humanitaria en la Franja.
Francia “abierta” a debatirlo
En Europa, el giro más claro y público ha sido el de Países Bajos, que ha pasado de defender a Israel a pedir que se “trace una línea roja” por la “catastrófica situación en Gaza” y se discuta la relación futura de la UE con Israel, en palabras del ministro de Exteriores, Caspar Veldkamp, que también ha dicho que no cree que Israel esté demostrando el compromiso con el Artículo 2 del acuerdo.
Francia ha elevado el tono en las últimas semanas contra Netanyahu. En una entrevista, el presidente francés ha anunciado que su país se prepara para reconocer el Estado de Palestina, probablemente en la cumbre sobre Gaza que organiza en Nueva York junto con Arabia Saudí este mes de junio. Emmanuel Macron ha calificado como una “vergüenza” e “inaceptable” el bloqueo israelí a la Franja. También se ha mostrado “abierto” a revisar el acuerdo de asociación con Israel. “Pido que la Comisión Europea revise el acuerdo”, ha insistido el ministro de Exteriores francés, Jean-Noël Barrot.
Finlandia también ha anunciado que pide que se discuta ese acuerdo si “Israel continúa impidiendo la entrada de ayuda humanitaria en Gaza”, según la responsable de la diplomacia finesa, Elina Valtonen. La misma posición han expresado Portugal, Suecia, Eslovenia, Malta, Luxemburgo y Bélgica.

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, interviene durante un pleno en el Congreso de los Diputados, a 12 de marzo de 2025, en Madrid (España). / Eduardo Parra – Europa Press – Archivo
La cuestión de si Israel está comprometida con el respeto a los derechos humanos (plasmados en el derecho internacional humanitario) que exige la relación con la UE empieza por ello a estar sobre la mesa. Además de las imágenes de niños hambrientos y la muerte de decenas de ellos por inanición, el anuncio de Israel de que prepara una ofensiva terrestre para reocupar partes de Gaza parece haber rebasado la paciencia de varias capitales europeas. La UE sigue insistiendo, décadas después, en la llamada “solución de dos Estados”, que quedaría en agua de borrajas con esa ocupación.
Fuera de la UE, el cambio aparentemente más relevante ha sido el de Donald Trump, que en pocos días ha ignorado a Israel para negociar directamente con Irán, Hamás y los hutíes de Yemen. El presidente estadounidense no viajó a Tel Aviv a reunirse con Netanyahu en su gira por la región, y fuentes de la prensa israelí aseguran que ha cortado la comunicación con el primer ministro israelí.
La prensa israelí asegura que el Gobierno está monitorizando toda esta situación de cambio diplomático para evaluar las consecuencias. La duda es si la reanudación de parte de la ayuda humanitaria a Gaza anunciada este lunes calmará los ánimos europeos o si se ha traspasado ya el punto de ruptura. Y si habrá consenso para convencer a Hungría, como se ha hecho en dossieres como el de Rusia.
Reunión del Consejo de Asociación con Israel
La Unión Europea celebró el pasado 24 de febrero en Bruselas un Consejo de Asociación con Israel presidido por la alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, el ministro israelí de Exteriores, Gideon Saar y los titulares de Exteriores de los Veintisiete.
En el encuentro se recordó al jefe de la diplomacia israelí que la relación bilateral debe mantenerse dentro del marco del “Artículo 2” sobre los derechos humanos y que ese es una parte “esencial” del Acuerdo de Asociación. Recordaron a Saar que “las órdenes de la Corte Internacional de Justicia son jurídicamente vinculantes”. Esta ha exigido a Israel “medidas inmediatas y efectivas” para proteger a la población palestina en la Franja de Gaza ocupada del riesgo de genocidio. Se le pidió el respeto al derecho internacional humanitario y se le subrayó que “como potencia ocupante, tiene la obligación de proteger a la población bajo ocupación”. También se rechazó cualquier plan de expulsión de la población, como pretenden los ministros ultraderechistas del Gobierno israelí. “La UE deplora profundamente el número de muertos civiles, especialmente mujeres y niños”, se leía en el comunicado final.
Kallas ha expresado también su apoyo a la Corte Penal Internacional, que ha pedido el arresto de Netanyahu. Recibió en Bruselas al primer ministro palestino, junto a quien anunció un programa de ayuda de 1.600 millones de euros Durante su visita a Egipto, la Alta Representante se reunió con el Comité Ministerial árabe-islámico y las partes emitieron una declaración conjunta en la que hicieron hincapié en su rechazo categórico de cualquier desplazamiento o expulsión del pueblo palestino fuera de su territorio (Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental). Y advirtieron de las graves repercusiones que se derivarían de tales acciones.
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