El candidato de Javier Milei gana en Buenos Aires, feudo hasta ahora inexpugnable de Mauricio Macri

Javier Milei, el presidente derechista de Argentina que lleva año y medio en la Casa Rosada, se ha apuntado un sorpresivo tanto político al dar el sorpasso en las elecciones parlamentarias realizadas este domingo en la ciudad de Buenos Aires.

Su portavoz presidencial, Manuel Adorni, encabezó la lista de candidatos por el partido oficialista La Libertad Avanza (LLA) y ganó las legislativas de la capital argentina, centro político del país, superando a las listas de la oposición, en sus dos variantes, peronista y conservadora.

Los representantes del oficialismo cosecharon en las urnas 30,1% de los votos contra 27,4% del segundo, Leandro Santoro por el peronismo, y 15,8% de la tercera, Silvia Lospenatto del conservador Propuesta Republicana (PRO, equivalente a PP).

La oferta electoral fue variopinta, 17 listas, todo un símbolo de la fragmentación partidaria, para renovar 30 escaños en la legislatura de la ciudad.

El electorado de Buenos Aires, 2,5 millones de votantes porteñoshistóricamente se inclinó siempre hacia un voto antiperonista, básicamente de derecha y centroderecha. Esta vez no ha sido la excepción.

“Ha ganado la libertad, la elección fue entre dos modelos: el kirchnerista o la libertad, que efectivamente la sociedad eligió”, dijo Adorni en su discurso de vencedor. E invitó a todos los dirigentes políticos a sumarse al oficialismo “para terminar de una vez con el kirchnerismo”.

Acorde al discurso antipolítica, que predica Milei, y el hartazgo de los argentinos con sus dirigentes, la concurrencia a las urnas alcanzó apenas al 53% del electorado, la más baja en los últimos 40 años de democracia. En 2023 la participación había ascendido al 73%.

Estos comicios eran cruciales para Milei, que canceló el viaje al Vaticano para asistir a la asunción del Papa León XIV y se quedó en Buenos Aires participando en la campaña y monitoreando el desarrollo del escrutinio desde la sede de su partido LLA, equivalente a Vox.

Su plan de erigirse como único líder de la derecha en Argentina ha quedado consumado al desplazar a quien hasta ahora compartía ese podio, Mauricio Macri, expresidente de la Nación de 2015-2019 y jefe del PRO.

Macri y Milei venían funcionando como socios. De hecho, tres exministros macristas son ministros en el gobierno actual –Luis Caputo (Hacienda), Patricia Bullrich (Seguridad) y Federico Sturzenneger (Desregulación)-. Y ambos votaron proyectos oficialistas en el parlamento.

Pero la ciudad de Buenos Aires es gobernada por el macrismo desde 2007 en forma ininterrumpida –hoy por hoy, lo hace Jorge Macri, primo de Mauricio-. Y Milei procura destronar a sus adversarios macristas de ese gran escaparate de la política a nivel nacional.

Así que Macri y Milei chocaron de frente en la campaña y no acordaron una lista común de candidatos. Cada uno presentó la suya, con lo que se pensaba que iban a poner las cosas más fáciles al tercero en disputa, el peronismo.

Sin embargo, Milei tomó el desafío como un tema de Estado y apostó fuerte. De primer candidato colocó a su portavoz presidencial Adorni; puso al frente de la campaña a su hermana Karina, a la que él llama el Jefe; y él mismo se involucró en los actos proselitistas.

“Macri está hecho un llorón, es puro cristal”, disparó Milei al realizar declaraciones en el centro de votación. Y también se burló de los candidatos de la lista macrista llamándolos “fracasados” porque, según vaticinó, “están peleando el cuarto lugar”.

En un pronto colérico, al salir de la mesa electoral Milei la emprendió contra un reportero. “¡Me pegaste a propósito con tu micrófono!”, increpó con rabia al informador. Desde hace meses, el mandatario ataca a la prensa y sostiene que “la gente no odia lo suficiente a los periodistas”.

El peronismo quedó relegado al segundo puesto y sigue sin poder recuperarse de la paliza electoral que sufrió en 2023 cuando Milei, un outsider de la política y panelista de programas de tevé, le quitó su hegemonía en el sistema político de Argentina.

El resultado ha sido, a la vez, un test del apoyo ciudadano que concita Milei y su política de ajuste del gasto público y ayudas sociales con la ‘motosierra’. Según la última encuesta, de Atlas Intel-Bloomberg, el presidente mantiene 45% de imagen positiva contra 49% negativa.

Estas legislativas, más las se realizarán en septiembre próximo en la provincia de Buenos Aires -principal distrito electoral del país-, son claves para Milei y su consolidación política. Necesita triunfar en las nacionales del 26 de octubre para ampliar su bloque parlamentario y, a la vez, perfilarse de candidato a las presidenciales de 2027.

La víspera de esta elección estuvo marcada por un fenómeno climático inusual y ajeno a la política. El sábado se desató un fuerte temporal, con lluvias de más de 400 milímetros en 24 horas, las más fuertes de los últimos 40 años. Hubo inmensas inundaciones en barrios de la capital y, sobre todo, en la provincia de Buenos Aires.

El temporal causó un muerto y tres desaparecidos. Casi 3.000 bonaerenses debieron huir de sus casas inmersas en el agua o ser evacuados por agentes de las fuerzas de seguridad, en las localidades de Zárate, Campana y otra decena de comunas. Autobuses y coches quedaron varados en puentes y carreteras mientras que sus ocupantes buscaron tierra firme como sea.

La inundación y el corte de carreteras han evidenciado el déficit de infraestructuras –carreteras, alcantarillado, cloacas- que padece Buenos Aires. El Gobierno de Milei culpó de ello a sus opositores, que vienen gobernando desde 1983 la capital y la provincia, mientras que éstos acusaron al presidente porque suspendió las obras públicas.

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