El reciente ‘gran apagón’ que dejaba a millones de hogares sin suministro en toda la Península el pasado 28 de abril ha disparado la preocupación por la dependencia energética. A raíz de este gran apagón, muchos ciudadanos se han dado cuenta de lo vulnerables que pueden ser elementos tan cotidianos como el frigorífico. Ante la posibilidad de que situaciones similares vuelvan a repetirse, algunos ya están apostando por soluciones alternativas que garanticen la conservación de alimentos sin necesidad de electricidad.
Una de las opciones que más interés está generando es el frigorífico a gas butano: un electrodoméstico que parecía cosa del pasado pero que hoy vuelve a ponerse de actualidad como respuesta eficaz a las emergencias energéticas.
A diferencia de los modelos eléctricos convencionales, estos frigoríficos funcionan con gas butano como fuente principal de energía. Emplean un sistema de refrigeración por absorción que no necesita compresor ni electricidad: el gas calienta una mezcla líquida que, al evaporarse y circular por un circuito cerrado, produce el efecto de enfriamiento en el interior.
Este tipo de electrodomésticos no emite ruido, no tiene piezas móviles y mantiene una refrigeración constante mientras cuente con suministro de gas, lo que los convierte en una alternativa especialmente práctica en lugares remotos, viviendas rurales o situaciones donde la red eléctrica no está garantizada.
Cuánto cuestan y qué ofrecen
Aunque no existe una gran variedad de modelos en el mercado, las opciones disponibles cubren las necesidades básicas de cualquier hogar. Los frigoríficos a gas suelen ofrecer capacidades de entre 100 y 200 litros, consumo diario de aproximadamente medio kilo de butano, y termostato regulable. Algunos modelos también integran congelador y permiten conexión eléctrica como función secundaria, aunque no es necesaria para su funcionamiento principal.
En cuanto al precio se sitúan en un rango medio: desde unos 400 euros para los modelos más sencillos, hasta alrededor de 700 euros para versiones con mayor capacidad o características adicionales. Son aparatos robustos y pensados para durar años sin necesidad de revisiones complicadas.