Uno de los elementos clave de la planificación urbana son, sin duda, los parques y jardines. No solo ofrecen espacios para el descanso y el ocio, sino que ayudan a mejorar la calidad del aire, reducen el estrés de quienes viven en la ciudad y suavizan las altas temperaturas, especialmente en zonas donde el calor aprieta con fuerza en verano. En ciudades como Murcia, donde el verano puede ser realmente sofocante, contar con zonas verdes con sombra se vuelve casi una necesidad.
Estos espacios verdes, además, cumplen una función esencial frente a lo que se conoce como las islas de calor urbanas: zonas donde la acumulación de cemento y asfalto hace que las temperaturas sean más altas que en los alrededores. Por eso, jardines como el de Floridablanca no solo tienen valor estético o cultural, sino que también ayudan a hacer la vida más llevadera en la ciudad.
Y es que Murcia puede presumir de tener el que se considera el jardín público más antiguo de España. Más incluso que El Retiro de Madrid. Situado en el Barrio del Carmen, el Jardín de Floridablanca es todo un símbolo para los murcianos: ubicado entre la calle Alameda de Colón y la calle Proclamación, al otro lado del río Segura, este jardín ha sido testigo del paso de generaciones enteras.
Muchos destacan la belleza de sus enormes ficus, que dan sombra a los paseantes y a las familias que acuden con sus hijos a jugar en el parque infantil. Otros mencionan los bonitos parterres de flores, las estatuas dedicadas a personajes murcianos y el ambiente tranquilo que se respira mientras que hay quienes lo ven como un auténtico oasis en el centro de la ciudad.
En las reseñas los visitantes repiten palabras como «hermoso», «tranquilo», «cuidado» y «fresco«. También hay menciones a su valor histórico y a lo agradable que resulta visitarlo en verano así como el buen ambiente que hay en él: «Me gusta mucho este jardín, siempre hay familias con sus hijos y nos gusta llevar al nuestro».