El Giro adquirió este domingo entre la tierra y el polvo de la Toscana una nueva dimensión llegada desde México y con el nombre de Isaac del Toro. El amigo, a veces, se puede convertir en un enemigo y no por mala fe, sino porque las piernas lo impulsan a un ritmo tan frenético y potente que, vestido con el mismo jersey, casi se podría imaginar que se trataba de un Tadej Pogacar disfrazado. Ni el UAE lo va a parar, ni Juan Ayuso, compañero de equipo, segundo de la general liderada por su delfín, puede estar tranquilo de que no haya una revuelta en casa.
La ronda italiana es de los jóvenes. 21 años tiene el prodigio mexicano y 22 el astro español. Son primero y segundo de la general. Será difícil que en una etapa de montaña se saquen tantas diferencias como las producidas este domingo camino de Siena, de la subida a la plaza del Campo, entre las pistas sin asfaltar por donde discurre la Strade Bianche, aunque con mucho más polvo que en la clásica del ‘sterrato’.
Isaac del Toro, por delante de Wout van Aert, en la subida a la meta de Siena. / GIRO DE ITALIA
Una caída del australiano Lucas Hamilton, del conjunto Ineos, a 55 kilómetros de Siena, fue la que desencadenó el caos y sobre todo el principio de las calamidades sufridas por Primoz Roglic en una etapa en la que pudo despedirse de forma precipitada y hasta inesperada de la victoria en el Giro. No está aniquilado, pero le va a costar Dios y ayuda recuperar los 2.25 minutos que le saca Del Toro y, sobre todo por experiencia, el glorioso 1.12 minuto con el que Ayuso aventaja a la estrella eslovena. Hay Giro, sí, pero muy diferente al que Roglic se habría imaginado. Ni en la peor de sus pesadillas.
50 victorias
En el día brillante en el que Wout van Aert se reencontró con la victoria, la 50ª de su carrera deportiva, en la etapa que hizo justicia a un corredor único y querido por todos como es el astro flamenco del Visma, Del Toro fue el héroe y el único de la general que no se fue al suelo, junto a un resurgido Egan Bernal, cuando el Giro se cortó en mil pedazos por la caída de Hamilton.
Se cayeron Roglic, que pocos kilómetros más tarde encima pinchó, y Tom Pidcock, que quería ganar la etapa como experto a rodar sobre tierra. Ayuso se quedó cortado. Ya no enlazó con un compañero mexicano que iba desatado, sin cadena, en plan Pogacar, y que, por ahora, no ha fallado ni ha dado fuerzas de flaqueza en nueve etapas del Giro. Asciende de forma brillante, rueda magníficamente en una contrarreloj como la que espera a todos el próximo martes (este lunes hay descanso) y no sé sabe hasta dónde será capaz de aguantar. Mientras brille no lo van a sacrificar por Ayuso que deberá contar con la ayuda de compañeros de contrastada reputación como son Adam Yates y Brandon McNulty, porque al UAE le da igual el nombre del ganador del Giro mientras forme parte de su plantilla.

La contrarreloj del martes. / GIRO DE ITALIA
Ayuso, sin embargo, tiene un panorama excelente, porque obligará a Roglic a ponerse nervioso, a actuar de manera precipitada y a romper su carácter más paciente, sabedor de que seguramente le habría gustado jugarse la victoria en la última etapa decisiva. Así logró los triunfos en el Giro 2023 y en la Vuelta 2024.
Venció Van Aert, que batió a Del Toro en la subida a Siena, donde Ayuso sufrió más de la cuenta un minuto por detrás frente a actores secundarios como Giulio Ciccone o Richard Carapaz que todavía tienen mucho que decir en un Giro con una nueva dimensión.
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