«Tú solo quieres quererme cuando tú quieras, cuando hueles los naranjos y la sangre se te altera…”, cantan de fondo ‘Los delincuentes’ por la megafonía. Y empieza el verano en el chiringuito. “No sabíamos que iba a abrir, el año pasado estaba cerrado. Hemos venido otros años y al ver el ticket nos hemos dado cuenta que son los de ‘El Ocho’. En unos días volvemos con la música en directo”. Hablan Korey, Joan y Mario, tres amigos de Valencia, habituales de la playa, pidiéndose un café tras hacer deporte y antes de tumbarse a la bartola.
Playa de Alboraia. / Eduardo Ripoll
Este sábado empieza oficiosamente el verano en la Patacona, Alboraia, una de las playas más populares de Valencia, después de un año de clausura de chiringuitos tras un conflicto administrativo entre las licitadoras que impidió resolver el concurso para abrir a tiempo en 2024. Y, claro: el verano fue menos verano.
“Sabíamos que habían estado cerrados”, cuentan Belén y Ana, también de València pero usuarias habituales de este arenal. “Solemos salir a hacer pádel surf porque viene muy bien esta zona. Pero el desayunito nos lo tomamos luego aquí”, dicen señalando su refresco.
En este establecimiento, uno de los que ya ha abierto, Candela lleva tras la barra un ritmo impropio de un 17 de mayo. “La verdad es que nos estaban esperando. Pero contentos de que haya sido así”, dice entre pedido y pedido. “Se ha notado ese año de parón. Nos veían montando estos días y se acercaban a preguntar que cuándo abríamos. No sabemos cuándo empezaremos con la música en directo, pero dentro de nada”, señala sobre los preparativos de la temporada.
Los preparativos en marcha
Sorprende, a las once de la mañana, el contraste entre la afluencia intensa de bañistas y una playa que todavía opera a medio gas. Todo se está poniendo en marcha de manera escalonada, cuenta la concejal de Playas, Raquel Casares. El ayuntamiento está compatibilizando el montaje de pasarelas, que requieren maquinaria, con la presencia de bañistas. Los socorristas ya están en sus puestos, desde Pascua y cada fin de semana de mayo. Y desde finales de mes, cada día, como las oficinas turísticas.
Control de la música
En cuanto a los chiringuitos, desde hoy comienzan a abrir con normalidad. Hay cinco en la Patacona, que el ayuntamiento ha acercado 20 metros al paseo marítimo, por petición de la Demarcación de Costas, y otros dos kioscos en Port Saplaya. “Hay de todo pero la gente tenía ganas de que volviesen los chiringuitos. La idea es buscar un equilibrio entre los vecinos y el ocio, controlar el tema de la música”, cuenta la concejala.
El pasado verano no se instalaron las casetas por un conflicto con las empresas adjudicatarias, dilatando tanto el procedimiento administrativo que apenas dejó tiempo para su montaje y disfrute. Así, y para evitar cualquier tipo de imprevisto, el consistorio agilizó este año los trámites teniéndolos completados en enero. Las empresas adjudicatarias ya tenían luz verde para la instalación de los chiringuitos esta semana, fecha en la que Costas autoriza a la ocupación del suelo por un periodo que se extiende hasta el 1 de octubre.

Chiringuito de la Patacona. / Eduardo Ripoll
Hamacas ocupadas
Y había ganas. “Hemos abierto a las diez, y a las diez y media ya no quedaban hamacas. La gente nos estaban esperando”, cuentan desde el Chiringo, otro de los establecimientos que ha empezado la temporada este sábado. “Venimos menos de lo que nos gustaría. Soy valenciano, venimos de Madrid a ver a la familia pero con el trabajo volvemos poco”, cuentan Rubén y Diana, felices a pie de playa. “Venimos a esta playa aquí porque en Valencia no hay. Nos encanta el mundo chiringuito, es playa, verano. Mi madre es de Cádiz, que también hay muchísimos y siempre los disfrutamos”, dice Rubén. Y Diana, remata: “Para mí, como buena madrileña, el chiringuito significa que empieza el verano, alegría”. Pues eso.