Sapunaru ha colgado las botas a los 41 años en el Rapid de Bucarest, el equipo de su corazón y en la élite del fútbol rumano, teniendo en cuenta que debutó en el Nacional en 2002. En 2008 llegó al Oporto, con el que logró una Europa League, tres Ligas y dos Copas y del que, tras rescindir en 2012, arribó al Real Zaragoza, con un año de contrastes, en el que fue el vivo retrato del equipo, con un gran comienzo y un bajón al final. El conjunto blanquillo bajó y él se marchó al Elche para después jugar en el Rapid, pasar por Turquía y regresar al equipo de su país en 2021. Además, el lateral ha sido 36 veces internacional con la selección rumana.
Se acaba de retirar ahora tras debutar en la élite en diciembre de 2002. No está mal…
Estoy muy satisfecho, son casi 23 años de carrera, estoy feliz de haber estado sano y haber podido jugar durante tanto tiempo y sobre todo lo que más orgullo me da es que cada vez que pisé el campo de juego intenté dar lo mejor de mí.
«Mi clave en primer lugar ha sido el amor por el fútbol, que ha sido mucho en mi caso, y, luego, la suerte de no tener lesiones graves»
¿Cuál ha sido su clave para estar tanto tiempo al máximo nivel?
En primer lugar, el amor por el fútbol, que ha sido mucho en mi caso, y, luego, la suerte de no tener lesiones graves.
Cuando mira hacia atrás, ¿de qué se siente más orgulloso?
Claramente y en primer lugar, de ganar la Europa League con el Oporto (2011).
El lateral, en un partido ante el Granada con la camiseta del Zaragoza. / ÁNGEL DE CASTRO
Pasó por el Real Zaragoza un año, en la temporada 12-13, ¿Qué recuerdos tiene?
Pues agradables y no tanto de aquella temporada, ya que acabamos bajando, pero el más bonito sigue siendo cómo me recibieron a mi llegada, por todo lo que significan Zaragoza y su afición.
«Si no recuerdo mal tuvimos 15 partidos en los que solo conseguimos 5 puntos, sin conseguir victorias, incluso hoy, después de tantos años, sigo sin darme cuenta de lo que pasó en ese medio año, porque teníamos un buen equipo y la afición era maravillosa»
Menudo descenso aquel, al llegar al parón de Navidad se estaba más cerca de la zona alta que de abajo, mucho más.
Fue una temporada muy dura, sobre todo en la segunda vuelta. Es que en invierno ya se hablaba de Europa, habíamos conseguido unos resultados muy buenos pero después no sé qué pasó. Si no recuerdo mal tuvimos 15 partidos en los que solo conseguimos 5 puntos, sin conseguir victorias, incluso hoy, después de tantos años, sigo sin darme cuenta de lo que pasó en ese medio año, porque teníamos un buen equipo y la afición era maravillosa.
Usted, al llegar del Oporto, tuvo un nivel muy alto y en noviembre se le propuso renovar, pero después todo se paró por el descenso y su rendimiento en la segunda vuelta también bajó.
Con el buen nivel de todos al inicio teníamos muchas esperanzas de poder llevar al Zaragoza a Europa, pero como dije antes, no sé qué pasó, también eso afectó en el apartado individual, en la aportación de todos los jugadores. No creo que haya un culpable específico, creo que lo fuimos todos.
«¿Las amarillas? No sé si los árbitros me tenían manía (sonríe). Jugaba de esa forma, pero no sé si duro es la palabra correcta para definir mi estilo. Yo era un jugador que lo daba todo y quizás a veces entraba un poco demasiado fuerte»
En el Zaragoza jugó 29 partidos en el campeonato, todos de titular, y otros 6 más en Copa en ese curso, pero se le recuerda por las muchas tarjetas que vio, ostenta el récord en la historia de la Liga, con 19 amarillas (junto a Gamboa, del Oviedo), y otras tres en Copa. ¿Se explica ahora el porqué?
Pues no sé si los árbitros me tenían manía (sonríe). Jugaba de esa forma, pero no sé si duro es la palabra correcta para definir mi estilo. Yo era un jugador que lo daba todo y quizás a veces entraba un poco demasiado fuerte.
Manolo Jiménez era el técnico de aquel equipo, el que pidió su fichaje.
Es un buen míster que conocí de la época que dirigía al Sevilla, porque seguía mucho el campeonato español, un entrenador con el que me llevé y trabajé bien, pero ya sabe cómo sucede en el fútbol o en el deporte en general, a veces la suerte es un factor importante y creo que en esa mitad del campeonato nos faltó especialmente.
«Venía de una época en la que había ganado múltiples títulos con el Oporto y llegué a un club con tradición en España, con ganas de hacer una buena temporada e intentar llevar al equipo lo más arriba posible en la clasificación y por qué no en Europa. Siento que como grupo perdimos la oportunidad de hacer algo por Zaragoza»
¿Siente que perdió usted una buena oportunidad de triunfar en España en su paso por el Zaragoza?
Sí, venía de una época en la que había ganado múltiples títulos con el Oporto y llegué al Zaragoza, que es un club con tradición en España, con ganas de hacer una buena temporada e intentar llevar al equipo lo más arriba posible en la clasificación y, por qué no, en Europa. Siento que como grupo perdimos la oportunidad de hacer algo por Zaragoza. En cambio, aprendimos mucho de esa temporada y sobre todo de los aficionados. Sin importar el momento del equipo, el clima, el lugar o el día en el que se jugó el partido, ellos estaban allí para apoyarnos.
La afición de hecho sigue más que fiel al equipo, pese a que ahora lleva muchos años en Segunda.
¡Es un público maravilloso! Estuvieron con nosotros toda la temporada y veo los partidos ahora, estando en Segunda, el estadio está lleno, en los viajes en la Liga y estando en Segunda van a todas partes y apoyan a su equipo en todo momento.
¿Qué sabe de la realidad del Zaragoza 12 años después de su salida y de aquel descenso?
Lo sigo bastante, veo los partidos cuando tengo tiempo, el último que vi es la victoria por 3-2 ante el Cartagena, fue muy emocionante y necesaria, con el gol en el minuto 97. Ojalá logren ya la permanencia, lo antes posible. Sé que el Zaragoza no ha ascendido desde ese año, pero lo hará pronto porque es un equipo y una ciudad de Primera.
«Me quedaré en el fútbol, es lo que sé hacer (sonríe). Me ofrecieron un puesto en el Rapid de Bucarest, un club del que soy seguidor desde niño. Espero poder ayudar y ganar más títulos en otra posición»
Ha estado en muchos equipos, en Rumanía, en su país, en Portugal, España, donde también militó en el Elche, o Turquía. ¿Qué lugar ocupa el Zaragoza?
No sé si puedo dar sitio en mi corazón a todos los equipos en los que he estado, pero sinceramente puedo decir que el Zaragoza, aunque sólo fuera un año el que estuve, ocupa un lugar especial en mi carrera
¿Qué le espera ahora en el futuro?
Me quedaré en el fútbol, es lo que sé hacer (sonríe). Me ofrecieron un puesto en el Rapid de Bucarest, un club del que soy seguidor desde niño. Espero poder ayudar y ganar más títulos en otra posición.