No sabían que no sabían


Las jornadas organizadas por Avamet y Meteored y apoyadas por el ayuntamiento de Aldaia estuvieron muy por encima de las expectativas generadas, que ya eran muy grandes. Lo cierto es que lo que aprendimos esos días me da para hacer un auténtico serial en estas columnas pero, de momento, debo hacer hoy un pequeño resumen. Rafael Armengot nos introdujo las jornadas marcando los precedentes históricos de otras riadas, algo necesario para marcar los calificativos de extraordinario, excepcional o insólito a lo sucedido el pasado 29 de octubre y para descubrir lo poco que hemos aprendido, o incluso comprobar que hemos desaprendido. Jose Ángel Núñez estuvo genial explicando las causas meteorológicas de la riada y como se desarrollaron las alertas de ese día, absolutamente desoídas por la autoridad competente. Carles Sanchís nos descubrió la compleja hidrografía de l'Horta Sud, que va mucho más allá del famoso Poio. Cuando todas esas cuencas endorreicas o semi endorreicas se fusionaron en un inmenso delta de muchos kilómetros cuadrados que arrasó todo lo que encontró en su paso natural hacia la Albufera, destruyendo todo lo que le habíamos puesto desde la última riada, o barrancada como nos dijo una maravillosa espontánea desde el público. Yo intenté insistir en que la raíz del problema, más allá de la pésima gestión de las alertas, era el descomunal y desordenado crecimiento urbanístico del que todos los partidos políticos y toda la opinión pública que les vota son responsables. Victòria Rosselló sólo tuvo que poner un vídeo de todo lo que se dijo desde la televisión autonómica advirtiendo del desastre, para poner en evidencia a todos los que no hicieron caso e incluso se atrevieron a enviar la borrasca a Cuenca y dar una falsa tranquilidad a la población. Continuará…

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