Alalpardo vivió una tarde teñida de bravura y sangre. La tercera corrida de la segunda fase de la Copa Chenel quedó suspendida tras la lidia del quinto toro, con dos toreros heridos —García Pulido y Álvaro Burdiel— y un ambiente que pasó de la emoción al silencio.
Abría cartel Juanito, que mostró solvencia sin terminar de explotar al primero de Montealto, un toro con opciones que no encontró muleta a la altura. Se atascó con el descabello y todo quedó en ovación. En su segundo, de Monte la Ermita, el portugués planteó una faena de crecimiento, de menos a más, asentándose y rematando con una buena estocada que le valió una oreja.
El segundo de la tarde llevó el nombre de “Duende”, de Monte la Ermita, y su lidia sería la cima artística del festejo. El toro salió suelto de salida, pero García Pulido lo centró pronto. Quitó por gaoneras y, de hinojos en los medios, comenzó una faena de torero caro. El toro tuvo repetición, clase y codicia; el torero, serenidad y temple. Cerró por ajustadas manoletinas antes de entregarse al entrar a matar. La estocada le costó cara: resultó cogido de fea manera y fue llevado a la enfermería. El público premió su obra con dos orejas y el toro, por su juego, fue reconocido con la vuelta al ruedo. El número 15 de Monte la Ermita, “Duende”, ya tiene un sitio en la memoria del certamen.
Álvaro Burdiel tras caer herido en el quinto toro del festejo
Álvaro Burdiel, muy asentado toda la tarde, supo conducir con firmeza a sus dos oponentes. En el quinto de la tarde, un toro de Montealto, mostró temple por el pitón derecho y dejó naturales de buen trazo antes de jugarse el todo por el todo con la espada. Fue cogido al entrar a matar y trasladado a la enfermería. Cortó una oreja, mientras el toro fue aplaudido en el arrastre.
La cogida de Burdiel obligó a suspender el festejo antes de que saliera el sexto toro, previsto para Juanito, pero correspondiente en el sorteo a Pulido, lo que hacía inviable su lidia por parte de otro espada.