Iria G. Parente y Selene M. Pascual llevan más de una década escribiendo juntas. Con más de veinte novelas publicadas, han explorado la literatura juvenil y ‘young adult’ combinando diferentes perspectivas y tramas que apuestan siempre por la diversidad y la emoción. Este 14 de mayo regresan a las librerías con ‘El imperio del caos‘ (Molino), la esperada segunda parte de su ambiciosa trilogía ‘Time Keeper’.
Esa complicidad con la que escriben tiene origen en su amor por las historias desde muy pequeñas. Iria empezó inventando historias que narraba en voz alta a sus padres, hasta que poco a poco las fue trasladando al papel. En cambio, para Selene, hija única, la escritura fue su refugio y una forma de llenar el silencio: en las historias encontró compañía y un espacio donde volcar las historias que albergaba en su imaginación.
La suerte o el destino quiso que sus caminos se cruzaran en un foro de ‘fanfiction‘, donde primero comentaban las obras de la otra y, más tarde, empezaron a escribir a cuatro manos como un juego. De aquella complicidad surgió su primera obra conjunta, ‘Pétalos de papel’ (Molino), publicada años después en una versión muy distinta a la original, pero con el mismo espíritu compartido.
Volver a reescribir su primera novela conjunta
La reescritura supuso un reto importante, pero con los años aprendieron a complementarse como si fueran una sola. Volver a escribir sobre un texto existente desde hacía años antes evidenció cuánto habían evolucionado, no solo como autoras, sino también como personas. «La escritura es práctica», subrayan ambas en una entrevista con este diario. «Escribir bien implica leer mucho y escribir mucho. Descubrir tu estilo, saber con qué temas te sientes cómoda, qué se te da mejor y qué te cuesta más».
Escribir bien implica leer mucho y escribir mucho»
La evolución también ha sido ideológica. «Empezamos a escribir siendo muy jóvenes«, comentan, y eso se reflejaba en una visión más maniquea del bien y el mal. Hoy en día, sus novelas abordan dilemas morales algo más complejos. Este matiz se refleja, por ejemplo, en su trilogía ‘Time Keeper’, donde exploran cómo la polarización social y la instrumentalización de la religión pueden transformar a las personas. Para ello se embaucaron en una investigación sobre sectas y religiones para retratar con fidelidad cómo se manipula la fe con fines políticos o de control.
Las etiquetas, un arma de doble filo
En cuanto al tono de sus obras, reconocen que no se encasillan. «Somos autoras de fantasía. A veces queremos contar una historia romántica, como en ‘Pétalos de papel’, y otras nos apetece hablar de política, de religión, de personajes complejos», explican. Sin embargo, lamentan que la literatura escrita por mujeres siga necesitando «apellidos»: si escriben fantasía, es fantasía romántica; si es épica, se subraya su autoría femenina. Y, como señalan, muchas veces estas etiquetas no se aplican con la misma vara de medir a los hombres. «Brandon Sanderson también escribe historias donde el romance es la trama central y nadie las cataloga como ‘romantasy'».
Y precisamente el auge de etiquetas como el son un arma de doble filo, explican. Por un lado, puede ser útil para quienes buscan ese tipo de historias, pero por otro, se corre el riesgo de encasillar y desvalorizar las obras de mujeres. «Antes, a cualquier mujer que escribía fantasía se le colocaba la etiqueta de juvenil. Ahora, pasa lo mismo con la de romántica».
Brandon Sanderson también escribe historias donde el romance es la trama central y nadie las cataloga como ‘romantasy'»
Regresión y LGTBIfobia
Cuando se les pregunta si han notado avances desde que comenzaron, la respuesta es matizada. Reconocen que ha habido momentos de mayor avance -como en los años del MeToo-, pero también apuntan a una reacción conservadora cada vez más fuerte. «Estamos en un momento de retroceso, donde el auge de la extrema derecha y los modelos heteropatriarcales están ganando espacio«. Este contexto también afecta a la representación LGTBI en la literatura. «Al principio no sabíamos si podíamos contar nuestras propias historias. Luego, cuando lo hicimos, nadie decía nada. Ahora volvemos a enfrentarnos a situaciones muy incómodas«, lamentan.
Pero Iria y Selene no ocultan la frustración que sienten por ciertas dinámicas del mercado editorial. Relatan cómo alguna de sus novelas fue retirada de la sección juvenil en una cadena de librerías en Argentina por quejas de padres que la consideraban inapropiada; o que en ciertas editoriales se advierte que las novelas LGTB «venden menos» y, por ello lamentan que «hay que estar muy pendientes, porque los derechos conquistados no están garantizados para siempre«, explican.
Selene M. Pascual (i) e Iria G. Parente (d), autoras de ‘El eco del destino’ y ‘Pétalos de papel’ / Judit Bertran
Aun así, también viven momentos muy gratificantes. Por ejemplo, en redes reciben mensajes de lectores del colectivo que, gracias a la lectura, se sintieron representados por primera vez y les ayudó a coprenderse mejor a sí mismos. «Esos momentos son impagables», reconocen.
Su reciente proyecto, la trilogía ‘Time Keeper’
Al hablar de ‘El eco del destino’, se muestran entusiasmadas con lo que está por venir. Reconocen que el primer volumen sirvió para asentar las bases del mundo y de sus protagonistas. En el segundo, explican, se desarrolla mucho más a los protagonistas principales quienes, aunque parten de un mismo punto, tomarán caminos radicalmente distintos. «Eso es lo que nos gusta: mostrar cómo las decisiones moldean a los personajes».
Una de las mayores dificultades, aseguran, ha sido gestionar los múltiples puntos de vista. En ‘El eco del destino’ hay un total de seis narradores, y en la segunda parte serán incluso más. «Lo difícil no es tanto la cantidad como lo diferentes que son entre sí», señalan. Por ello, aseguran, cada vez que cambian de voz narrativa tienen que hacer un «reset mental» para adaptarse a la personalidad y visión del nuevo personaje.
Pro’s y contra’s de escribir a cuatro manos
Sobre la escritura a cuatro manos, coinciden en que la mayor ventaja es la compañía. No solo se apoyan en lo creativo, sino también en los eventos, los viajes y el propio día a día del oficio. «Si una lo dejara, la otra probablemente dejaría de publicar también», confiesan. Tal es el grado de complicidad. Compartir ideas, leer la una lo que escribe la otra, convertir la escritura en una conversación… Todo eso hace que el proceso sea más llevadero y menos solitario. Además, en momentos de bloqueo emocional o personal, contar con alguien que empuje ayuda a salir adelante.
Si una dejara de escribir, la otra probablemente dejaría de publicar también»
En cuanto a los contras, no se centran en la escritura compartido sino en la propia profesión. «Cuando el arte entra en la industria, se contamina«, explican. Para ellas, la escritura no es solo una cuestión de creatividad, sino de lo pasa a ser de ventas, expectativas, editoriales, y una recepción pública.
Pese a ello, Iria y Selene se mantienen satisfechas de su evolución y la gran oportunidad de dar un refugio para miles de lectores que se han visto reflejados en sus historias, apostando por una literatura que abraza la diversidad y que desnuda todos los prejuicios. Porque, como ellas mismas demuestran, contar historias no es solo imaginar, sino que también es una forma de resistir y seguir creyendo en que las voces distintas merecen ser escuchadas. O en su caso, leídas.

‘El imperio del caos’
Autoras: Iria G. Parente y Selene M. Pascual
Editorial: Molino
Páginas: 688
Precio: 22,95 euros
Fecha de publicación: 14 de mayo de 2025