Las cartas ya están sobre mesa del Giro. Ya no valen los faroles y casi resulta imposible engañar al rival por muy ilustre apellido que tenga. Primoz Roglic, en dos etapas, ya ha descubierto que el principal ciclista que puede privarlo de una segunda victoria se llama Juan Ayuso quien, además, se ha presentado en Italia como un corredor mucho más maduro, fuerte e inteligente que el que se encontró y derrotó hace un mes y medio en la Volta. Este sábado fue sólo un segundo el que restó Ayuso a su rival esloveno quien se permitió ceder la ‘maglia rosa’ al veterano corredor local Diego Ulissi, para mayor deleite de los ‘tifosi’, que saben que difícilmente uno de los suyos ganará la prueba, pero sí se pueden llevar la alegría de disfrutar del liderato al menos en una etapa.
Fue un día de fugas por un recorrido bello, complicado y cargado de cuestas explosivas donde era necesario poner plato pequeño y piñón grande, retorcerse sobre el manillar y no asustarse al comprobar que los repechos casi imposibilitaban que la bici avanzase. En un día de escapadas permitidas, el corredor australiano Lucas Plapp se llevó la victoria. En una jornada que, visto el trazado, hasta se podía haber aprovechado para dar algún susto a la general, el UAE permitió al joven Igor Arrieta que luchara por la victoria. Tuvo que conformarse con la cuarta plaza porque el pecado de juventud le llevó quizás a realizar demasiados ataques en vez de concentrarse con una acción seria y firme para conseguir el triunfo. Sin embargo, demostró que es un corredor en crecimiento que en un futuro puede dar muchas alegrías a este deporte.
Fue la octava etapa donde el conjunto del Astana peleó por situar a dos de sus corredores, Ulissi y Lorenzo Fortunato, en las dos primeras plazas de la general con apenas 17 y 3 segundos de ventaja sobre Roglic, una diferencia que incluso pueden perder este domingo e inimaginable, en cualquier caso, que conserven el martes en la segunda contrarreloj del Giro.
La novena etapa. / GIRO DE ITALIA
De todas formas, Ayuso no quiso estar quieto y aprovechó para probar a Roglic por segundo día consecutivo. Cuando llegó la meta, la última pendiente del día, Ayuso volvió a buscarle las cosquillas a Roglic y le sacó un segundo, que parece poca cosa, pero una muestra de que en estos momentos de la carrera está más fuerte que el ciclista esloveno. Y todo esto antes de la jornada espectacular de este domingo a través de 30 kilómetros por las tierras toscanas sin asfaltar.
Llega, por lo tanto, una etapa maravillosa, que puede ser una de las más bellas de este Giro, casi como si se tratase de un añadido a las clásicas dominicales celebradas durante el mes de abril, prácticamente una pequeña Strade Bianche, por las mismas pistas por donde deambula la carrera del ‘sterrato’, que casi sería más cómodo recorrer con bicis de gravel. Es un territorio desconocido para Ayuso, que nunca ha disputado la clásica de la Toscana. Es un pasaje que no parece agradar a Roglic pues sólo ha corrido tres veces la Strade Bianche, entre 2016 y 2018, sin destacar nunca y con un modesto 35º puesto como mejor clasificación. Llega un día de sofá y palomitas para dejar claro que no siempre es necesario apostar por las montañas para que haya fiesta en el teatro del Giro.
Todas las clasificaciones.