El complicado partido del domingo por la entidad del rival, un Oviedo muy mejorado con Veljko Paunovic que opta al ascenso hasta directo, y que puede significar la ansiada permanencia matemática para el Rel Zaragoza si gana y el Eldense no lo hace en Castalia lo tiene que afrontar Gabi sin un jugador fundamental desde que llegó, Raúl Guti. El canterano es alma y corazón en la medular desde su regreso, el segundo consecutivo y esta vez en propiedad, en el mercado invernal, en el último día y después de que una lesión muscular en el isquiotibial le impidiera jugar en el primer mes tras su vuelta.
Llegó a poder despedir a Ramírez saliendo en la última media hora en Almería y con Gabi ha sido titular en los ocho partidos, el único de campo junto a Jair (Francho fue baja por lesión ante el Levante y Lluís es fijo solo desde su regreso), además del meta Poussin, completando los partidos en cinco de ellos y solo siendo relevado en el tramo final ante el Córdoba, el Levante, allí con la goleada ya encajada, y el Huesca. Guti no estará en Oviedo por acumulación de amonestaciones, por cumplir ciclo, y su ausencia, moral, como uno de los líderes del grupo, y futbolística es muy importante, además de que llega en racha goleadora tras anotar en A Malata ante el Racing de Ferrol y frente al Cartagena en La Romareda el primer gol del Zaragoza en esas dos victorias.
Por eso, la baja de Guti no es cualquier cosa para Gabi, que además tampoco cuenta en el medio con Keidi Bare por su eterna lesión en el sóleo que ha hecho que no haya podido jugar hasta el momento con el madrileño. Sí lo ha hecho y mucho el canterano zaragocista, que se marchó por 5 millones al Elche en 2020, que regresó cedido el año pasado, se lesionó de gravedad en la rodilla en el primer partido, y que está siendo vital en la lucha por la salvación.
Capacidad táctica
Lo está siendo por su aportación de carácter y de espíritu en el medio, por el despliegue físico que siempre caracterizó su fútbol, pero también por la disponibilidad táctica que implica para Gabi, que lo ha situado en la mayoría de partidos en el doble pivote, salvo en Santander ante el Racing y en A Malata contra el Ferrol, donde empezó de inicio acostado a banda izquierda, mientras que ante el Huesca y el Cartagena, en los dos partidos en los que el nuevo entrenador apostó por un 4-3-3, fue uno de los 2 interiores.
Guti había visto dos amarillas en el Elche tras volver de su grave lesión de rodilla, ante el Almería (jornada 14) y el Tenerife (17) y de zaragocista se las han mostrado contra el Racing de Santander, el Mirandés y en la última jornada, en la visita del Cartagena, cuando se encaró con un rival (Nacho), motivo por el que el Zaragoza decidió no alegar, ya que esas cartulinas no las quitan nunca al ser una observación del colegiado sobre el comportamiento de un jugador.
Arriaga, el 4-3-3 y su relevo
En todas las posiciones ha cumplido Guti, que está justificando tanto la apuesta en invierno por su regreso como su deseo de volver sin tener en cuenta la mala experiencia de su anterior etapa. Ahora, en el decisivo partido ante el Oviedo, aunque luego quedarán dos más (Deportivo y Castellón), no estará y lo más factible es que, si como parece, Gabi mantiene el 4-3-3 del último partido, Arriaga, al que reservó por precaución el sábado con el Efesé, entre en el pivote y Toni Moya y Aketxe ocupen los interiores dejando la zona de ataque a Pau, Soberón y Adu Ares, aunque una opción, menos probable por el riesgo de jugar en Oviedo con esa apuesta, sería retornar al 4-4-2 con Dani Gómez escoltando a Soberón y Aketxe sería suplente.