Ha sido campeón del mundo con Alemania, su país (2014), y campeón de todo con el Bayern de Múnich (2020), pero Hansi Flick estaba conmocionado en el alirón del Barça, no por previsto -tenía siete puntos de ventaja sobre el Madrid con nueve por jugarse- menos emocionante. La conquista de la Liga, que culmina el tercer título de la temporada junto con la Supercopa y la Copa del Rey, cierran una temporada histórica. «Historical season, historical season», le decía Joan Laporta, empapados ambos en los festejos del vestuario, no por los aspersores.
Flick se dirige al vestuario. / Jordi Cotrina
«Nunca me había sentido así en mi vida», dijo Flick, que a los 60 años ha tenido multitud de experiencias de todo tipo. Padre y abuelo, el entrenador del Barça describió su habitat en el club azulgrana como «una gran familia». Una frase que ha ido repitiendo con más o menos frecuencia en las ruedas de prensa y que también expresó Xavi Hernández en su anterior etapa.

Los jugadores salen del banquillo tras el pitido final de Soto Grado. / Jordi Cotrina
Ambiente de canteranos
A Flick le ha impresionado ha sido el ambiente del vestuario, la atmósfera de entusiasmo e ilusión que han propagado los jóvenes. Más de la mitad de los componentes de la plantilla (15 de 26) son canteranos o se sienten próximos a ellos (Araujo, Pedri, Pablo Torre). Las afinidades se han potenciado dentro y el espíritu futbolístico del Barça ha arraigado fuera.

Fermin y Gavi después de que el primero anotara el 0 2. / Jordi Cotrina
«Todo el mundo se preocupa el uno del otro», destacó Flick sin conocer la excursión en bicing que tramaron Dani Olmo, Eric Garcia, Iñigo y Pedri por la Diagonalpara ir a visitar a Ferran Torres el único que se perdió los festejos por estar ingresado en el Hospital de Barcelona tras ser operado de apendicitis en la víspera. O que Marc Casadó acudiera a Canaletes a cantar y a gritar como los culés de a pie.

Los jugadores azulgranas, recriminados por los blanquiazules. / Jordi Cotrina
Los momentos más duros
El sentimiento de Flick brotó cuando echó la vista atrás a la brillante temporada, salpicada de eventualidades adversas. Igual que todas. El técnico reconoció como «un momento muy duro» la decisión de relevar a Iñaki Peña por Wojciech Szczeny. Pero Hansi, la persona, eligió la muerte del doctor Carles Miñarro, a quien evocó y dedicó el triunfo, atribuyéndole su porción de mérito, tanto en el cielo como en la tierra.

Lamine Yamal consuela a Dani Olmo al ser sustituido. / Jordi Cotrina
«Es un trabajo fantástico, pero ahí dentro nos sentimos como una familia. Una familia real. Esto ha ayudado mucho a conseguir los objetivos», explicó. Más de los imaginados en las modestas y acomplejadas expectativas del pasado verano.
Tres títulos de cuatro: con una paliza al Madrid en la Supercopa (2-5), con una remontada al Madrid en la Copa del Rey (3-2), con 14 puntos más ganados que los blancos, apuntillados con el remate final de Montjuïc del pasado domingo (4-3). A solo un partido de haber luchado por la conquista de la Champions. La derrota de Milán, también enternecedora ante el Inter (4-3), lo impidió.