Alberto Núñez Feijóo, tras una foto de familia junto a barones del PP. / EP
Alberto Núñez-Feijóo ha decidido adelantar el congreso nacional del PP. Se celebrará el fin de semana del 5 y 6 de julio en Madrid, esto es, en la región que lidera Isabel Díaz Ayuso. El organizador del evento será además el número dos de la presidenta madrileña… es obvio que Feijóo, único aspirante en estos momentos a revalidar en la presidencia del partido, busca exhibir públicamente sintonía con ella. No puede permitirse tensiones en este campo de juego. Necesita su respaldo. Eso pese a que la intención del gallego de volver a cambiar los estatutos del partido para que los delegados sean los que tengan peso a la hora de elegir líder, y no tanto los afiliados, les puede separar a medio plazo.
¿Es importante la vuelta de tuerca que Feijóo quiere darle a las primarias? Supone un paso atrás en la historia del partido que a él no le afectará personalmente en el cónclave de julio, puesto que salvo sorpresa mayúscula, no tendrá rival al que enfrentarse. Pero volver a primar a los delegados (esto es, cargos populares elegidos cuidadosa y estratégicamente por las organizaciones territoriales) frente a la afiliación significa tener el botón de las explosiones controladas en ‘Génova’ y en las direcciones autonómicas. Conlleva disminuir enormemente el riesgo de que, en un futuro próximo, alguien con tirón entre los afiliados pero sin excesivos apoyos oficialistas, como ocurrió con Pablo Casado en su momento, pueda hacerse con la presidencia por sorpresa.
Veremos cómo termina este debate estatutario. Un debate de poder que se quiere sembrar ahora para recoger fruto pasadas las legislativas, sobre todo si no se logra llegar a La Moncloa. Y se podrá comprobar si Feijóo, como se dice desde su entorno, va a aprovechar el congreso nacional para fortalecer su estrategia de oposición y renovar su proyecto a fin de prepararse ante un posible adelanto electoral por parte de Pedro Sánchez.
No obstante los veteranos del partido barruntan que el punto de inflexión que se pretende marcar en el cónclave de julio estará basado en un hecho trascedente que, intuyen, se podría producir justo antes: la salida de Carlos Mazón. Apuestan mayoritariamente por esto. Algunos de ellos, basados en la experiencia congresual que acumulan a sus espaldas, insisten en que no tendría sentido haber decidido adelantar este evento si no fuera porque hay decisión de agigantar la imagen de «potencial gobierno» y «alternativa firme», lo que vinculan a soltar previamente «el mayor lastre» que arrastra Feijóo, esto es, el cuestionadísimo presidente valenciano por su gestión de la dana.
De hecho, el pasado 12 de mayo la periodista de esta casa Pilar Santos publicó que Feijóo ha pedido a su equipo que se prepare para pactar la salida de Mazón este verano, una vez que haya quedado garantizado el apoyo de Vox a los presupuestos valencianos, cuya aprobación se prevé a finales de mayo, y se hayan terminado algunas obras clave en Valencia para poder asegurar que la reconstrucción coge vuelo.
Las fechas elegidas ya para el congreso nacional, puntualizan algunos populares con experiencia en organización, son una pista de aterrizaje para lo que está por venir. Que Esteban González Pons se haya reunido en Bruselas con las víctimas de la dana, por incómodo que le pueda resultar a la Generalitat, tampoco es menor. Lo de Mazón, en resumen, está dejando de ser un «runrún» para ir tomando forma de adiós forzado… atentos a los acontecimientos. Y a la agenda.