Indignados por el ego de Gil Manzano

El paso de las horas no ha curado la herida arbitral de Gil Manzano al Valencia en Mendizorroza. El penalti más escandaloso de la Liga ha dejado secuelas. Más allá del error de apreciación técnica, el club y el vestuario están indignados por el ego, la chulería y la soberbia con la que el veterano árbitro extremeño actuó en el injusto penalti de Giorgi Mamardashvili desautorizando al joven colegiado del VAR Hernández Maeso e imponiendo su equivocado criterio de campo por encima de evidencia de las imágenes. Lo que vio en el monitor le dio absolutamente igual. La sensación desde el verde fue que el simple hecho de que le llamaran desde la sala VOR para revisar su decisión le molestó y le tocó el orgullo. Su comportamiento altivo y arrogante generó malestar en toda la expedición. Lo que se esconde detrás del «voy a continuar con mi decisión» que se escuchó en el audio VAR ni es justicia arbitral ni es fútbol. 

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