Cuestión de divas. A diferencia de Melody, Erika Vikman ha sacado lustre a cada segundo de su actuación. No le han hecho falta bailarines ni escaleras para volverse hipnótica. Con una personalidad apabullante, la candidata de Finlandia ha deslumbrado a un St. Jakobshalle embobado de principio a fin: ningún otro país ha estado a su altura. Un derroche de poder que, bien realizado, con planos milimétricos, la coloca como una de las favoritas para levantar el Micrófono de Cristal en Basilea. No intenta parecerse a nadie: de hecho, comparada con España, para coronarse prima donna sólo ha necesitado actitud. Y, bueno, sí, una canción que no sonara trasnochada. Ha sido la gran sorpresa de una semifinal que, de no ser por Austria, Malta y Armenia, hubiera acabado sin pena ni gloria.
Pese al intento de Sandra Studer y Hazel Brugger, las presentadoras, por hacer una gala afable, la realidad es que se ha echado en falta cierto dinamismo. Sobre todo, a la espera de conocer el resultado de las votaciones. Aún así, ambas han recogido el testigo de la ocurrente Petra Mede, la humorista sueca que dirigió la edición anterior. Ha faltado toda la chispa que Armenia ha reunido en su propuesta: efectivo e impecable ha defendido Parg su Survivor. Al país sólo se le ha resistido la final en tres ocasiones (2011, 2018 y 2019) desde que arrancó su participación en 2006.
JJ es uno de los aspirantes con más aptitud para hacerse con Eurovisión, tanto por voz como por tema. Con ecos a Suiza 2024, Austria ha optado por una candidatura frenética que va creciendo poco a poco. A su torrente sonoro, además, hay que sumar la gran acogida que suelen tener las power ballads. Ahí están Why Me? (Irlanda, 1992), Crisalide (San Marino, 2013), Undo (Suecia, 2014)… No hay medias tintas, Wasted Love va con todo: concepto teatral y ejecución rigurosa mediante. Por cierto, el blanco y negro le sienta de fábula. Todo lo contrario que Malta, que ha llenado de color la pantalla. Provocativa y deslenguada, Miriana Conte ha puesto el puntito picante a un año demasiado formal. Su exceso de glitter, por primera vez, sorpresivamente, ha sido imperioso.
Abucheos a Israel
Mención especial a Francia, Alemania y Reino Unido, los tres países del Big Five que habitualmente no suelen resaltar, como España, en la clasificación final. Pues, ojito, esta vez traen consigo artillería pesada: aunque no tengan las mejores escenografías, sus canciones han despuntado. Puede, incluso, que Louane compita por el oro con Maman. Ha llenado la cámara por sí sola con una interpretación sublime. De ahí que, precisamente, sea incomprensible tanta arena a su alrededor. Tiene aura de ganadora.
Apenas ha habido sobresaltos con el resto de clasificados. Por un lado, Grecia ha sacado el máximo partido al escenario. Con un outfit reveal particular que ha roto la atmósfera de la actuación, ha montado un espectáculo diferente. Por otro lado, Luxemburgo se ha desmarcado con su particular munddo de fantasía. Tras 31 años sin participar, el microestado regresó a Eurovisión en 2024. Y, para ello, ha organizado una preselección donde escoger a su representante. Esta vez, ha elegido a Laura Thorn por su particular don para atraer miradas. Casi en homenaje al Poupée de cire, poupée de son que France Gall llevó al festival en 1965, esta joven armado un paquete sencillo, pero redondo. Por su parte, Israel sólo ha destacado por los abucheos que la Unión Europea de Radiodifusión ha censurado durante la emisión.
La geopolítica ya no es decisiva
Entre Montenegro, Irlanda, Letonia, Chequia, Australia, Lituania, Georgia, Dinamarca y Serbia, cualquiera podría haber conseguido su pase para el sábado. Ninguno ha sobresalido lo suficiente como para asegurarlo. Tanto es así que la elección, probablemente, dado que en las semifinales sólo vota el público, a diferencia de la final donde también interviene un jurado de expertos, haya estado condicionada por motivos extramusicales. Les pasará factura: a día de hoy, hace falta algo más que amiguitos geopolíticos para ganar Eurovisión.
Los 10 países que han pasado a la final son:
- Lituania
- Israel
- Armenia
- Dinamarca
- Austria
- Luxemburgo
- Finlandia
- Letonia
- Malta
- Grecia