La artista cordobesa Clara Gómez Campos ha pintado un mural dedicado a la memoria de Valdeolleros, su barrio de toda la vida, justo en la calle Valdeolleros. Según la autora, que ha trabajado junto a su pareja, Fernando Cañete Buenestado, su intención es mostrar que «los barrios son mucho más que calles y edificios alejados del casco histórico, son memoria, son gente trabajadora, son cercanía». También son «saludos de los vecinos que te conocen de toda la vida aunque a veces, parezca que se nos olvida», apostilla.
Clara Gómez Campos, en el proceso de elaboración del mural callejero. / CÓRDOBA
Valdeolleros es «la casa» de Clara Gómez y en su opinión, cuando alguien pinta su casa «no lo hace para presumir, sino para dejar algo que hable de uno mismo». Se trata, pues, de un regalo a la gente de Valdeolleros porque «este mural no es mío, es de todos y todas los que pasean por aquí cada día, de los que se paren a mirar, de los que lleven a sus niños al cole, de los que se toman una caña en la esquina y de los que compran el pan en el barrio en lugar de en una gran superficie». La cordobesa necesitaba «devolver algo al barrio que me crió». Por eso, para ella no es solo un mural sino «un retrato de cómo yo veía este lugar de pequeña, cuando todo parecía más grande». De ahí el caracol gigante o los recuerdos salpicados en la pared que para ella y para quienes han crecido en Valdeolleros «son pura memoria viva», asegura. Se refiere a la televisión antigua donde en su infancia se veía una y otra vez la misma película en VHS y a la mítica Game Boy «siempre en el bolsillo trasero y las pilas medio gastadas». También aparecen las entradas del antiguo cine Santa Rosa «aunque ya no existe, porque sigue vivo en el barrio y ahora en esta pared».

Mural realizado en la calle Valdeolleros, en Córdoba. / CÓRDOBA
Su mural está lleno de color y de formas. «Quiero recordar así que los barrios tienen alma», explica, y que ese alma «se cuida haciendo vida en ellos y poniendo en valor a los pequeños comercios como el que me ha dado la oportunidad de pintar su fachada (Roymacor)».
Este mural pretende ser «un pequeño grito bonito y una llamada para mirar alrededor y darnos cuenta de lo que tenemos», al tiempo que anima a seguir comprando en las tiendas de siempre «porque si dejamos que aparezcan nuestros lugares, desaparecerá una parte de nosotros». Para la artista «lo pequeño es lo que sostiene lo grande», por eso anima a poner en valor «lo que nos identifica».