El peor Real Madrid estaba a punto de regalar un alirón telemático al mejor Barcelona. Un gol del mallorquinista Valjent había adelantado a los visitantes y la ambición de Mbappé había empatado. Y en la última jugada, en un balón llovido al área de Fran García que el repudiado Vallejo prolongó de cabeza, apareció el canterano Jacobo para marcar el gol del triunfo y evitar al Madrid el bochorno final. Nada ha tenido sentido esta semana en la Casa Blanca, ni quisiera esta dantesca remontada que evitaba otro esperpento.
Sabía el Real Madrid que no podía tropezar para no descorchar el champagne en Barcelona, con la complicación añadida de coquetear con la alineación indebida. Porque Ancelotti tenía tantos canteranos en el banquillo que podía poner en peligro el asunto, así que se limitó a colocar a dos del filial en el eje de la defensa (Asencio y Jacobo Ramón) y repartió como pudo a los del primer equipo por el campo. Podía llegar hasta cuatro, siempre y cuando no se lesionará o fuese expulsado uno de los ‘mayores’. Y dejó en el banquillo a Vallejo como comodín.
Para más inri, minutos antes del choque se hacía público el procesamiento de Asencio por grabar imágenes sexuales de una menor y difundirlas sin su consentimiento. Decía Groucho Marx: ¡Qué casualidad que casualmente pasan tantas casualidades! Minutos después se filtraba el sí de Huijsen al Real Madrid, lo que le convertirá en el segundo fichaje para Xabi Alonso, tras Alexander-Arnold.
Gol de Valjent
Con este panorama se jugaba un partido con la peor entrada del año en el Bernabéu y el Madrid tan ausente como su público. Tanto que a los diez minutos Valjent adelantó a los suyos con un zurdazo que Courtois saludó al pasar. Pitos para los blancos, los mismos que para Vinícius, al que enfocaron en un palco. El Madrid fue una caricatura. Bellingham lento, Ceballos empastado, Jacobo como un flan, Arda intrascendente, Endrick desesperante… Solo Mbappé y Modric mostraban algo de amor propio. El silencio del Bernabéu era más propio de un teatro que de un estadio. Y sin rastro de que hubiese una Liga en juego, solo la insistencia de Kylian y las paradas de Leo Román animaron la primera parte.
Los de Ancelotti disfrazaron de asedio la segunda mitad encomendándose a la tenacidad de Mbappé, que empató con media hora por delante. Pero las intervenciones del portero mallorquinista estaban a punto de hacer campeón al Barcelona sin jugar. Hasta que en el descuento se cruzaron Vallejo y Jacobo con el balón. Un final tan inesperado como todo lo ocurrido esta semana en la Casa Blanca.