la mesa redonda da un giro inesperado

Ha llegado la hora del destierro. Los jugadores han cogido sus pizarras y han anotado el nombre de la persona a la que querían eliminar. El objetivo de los fieles es acertar con uno de los traidores. No pueden permitirse fallar tras el asesinato de Julio, la primera víctima de Traitors, que ya no ha amanecido en el Monasterio de Piedra.

Al comienzo de la mesa redonda, las miradas se han centrado en David. Él, consciente de esa atención, ha pedido la palabra. Primero, para atacar a otro jugador: a Cano. Después, para defenderse. Sabe que en los corrillos ha despertado sospechas y tampoco ha gustado su egoísmo en la misión en el exterior y su celo por conseguir escudos para protegerse.

Si sigues leyendo, descubrirás quién ha sido el elegido en la mesa redonda. Los jugadores, uno a uno, han ido mostrando sus pizarras. Carlos ha empezado proponiendo a David. El mismo nombre ha escrito Campeón, que ha recordado que habría otros dos traidores traicionando al supuesto traidor. El resto, algunos por convicción y otros por seguir esa inercia, han mantenido la unanimidad, sólo rota por el propio David al votar por Cano.

El recuento de Juanra Bonet ha sido fácil y rápido: David ha sido desterrado. Antes de marcharse, ha tenido que desvelar a los demás su rol: “Os habéis equivocado, soy fiel”. Después, ha abandonado la mesa redonda… y el Monasterio. El resto de jugadores se ha quedado en shock. Los traidores han triunfado. Los fieles han perdido a otro de los suyos.


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